La crisis aérea de nunca acabar

El alto precio del petróleo y el auge en Europa de las compañías de bajo coste ahogan a las aerolíneas tradicionales, cuyos ingresos medios caen pese a la recuperación del tráfico

Las compañías aéreas tradicionales van de susto en susto. Cuando todo apuntaba a que este año volverían a encontrar la senda de la rentabilidad, perdida desde 2001, el alto precio del petróleo las vuelve a poner en dificultades. Tanto que la IATA, la asociación internacional que las agrupa, calcula que si el precio medio del barril se sitúa en 36 dólares, el sector perderá 3.000 millones de dólares.

Pero no es sólo el petróleo la causa de su situación. El auge de las compañías de bajo coste las está poniendo contra las cuerdas en los trayectos de corto y medio radio. Pese al recorte de ...

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Las compañías aéreas tradicionales van de susto en susto. Cuando todo apuntaba a que este año volverían a encontrar la senda de la rentabilidad, perdida desde 2001, el alto precio del petróleo las vuelve a poner en dificultades. Tanto que la IATA, la asociación internacional que las agrupa, calcula que si el precio medio del barril se sitúa en 36 dólares, el sector perderá 3.000 millones de dólares.

Pero no es sólo el petróleo la causa de su situación. El auge de las compañías de bajo coste las está poniendo contra las cuerdas en los trayectos de corto y medio radio. Pese al recorte de costes que muchas de ellas están acometiendo, no son capaces de aprovechar el incremento del tráfico. Según los expertos, una compañía que siga el modelo de Ryanair, al año de su funcionamiento en una ruta no sólo habrá arañado el 30% de los pasajeros a la compañía tradicional que la cubra, sino que se habrá hecho

con el 70% de la nueva demanda.

La doble suspensión de pagos de US Airwys, los despidos masivos de Delta Airlines o la agonía de Alitalia son las últimas convulsiones en un sector maduro y sujeto a una inevitable transformación que en Europa, donde hay 130 aerolíneas, pasará por la consolidación.

En este panorama de tensión general, cada aerolínea afronta sus propios retos. En Iberia se relacionan con la ampliación de los aeropuertos de Madrid y Barcelona, los nuevos AVE, los convenios colectivos y, quizá, la recomposición de parte del accionariado.

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