"La guitarra siempre es la última de la fila en los festivales", se lamenta Gerardo Núñez

Gerardo Núñez subirá esta noche al escenario del teatro Central solo. Y solo interpretará, durante unos 70 minutos, una docena de sus últimas composiciones. Algunas sonarán por primera vez para el público. El guitarrista y compositor jerezano, 43 años y una sólida fama forjada en escenarios de todo el mundo, quiere defender la guitarra flamenca; batirse por su derecho a aparecer ante el público sin el arropamiento del cante y del baile.

"En España es la primera vez que voy a ofrecer un recital completamente solo, aunque tuve una experiencia similar este año en los festivales flamencos d...

Gerardo Núñez subirá esta noche al escenario del teatro Central solo. Y solo interpretará, durante unos 70 minutos, una docena de sus últimas composiciones. Algunas sonarán por primera vez para el público. El guitarrista y compositor jerezano, 43 años y una sólida fama forjada en escenarios de todo el mundo, quiere defender la guitarra flamenca; batirse por su derecho a aparecer ante el público sin el arropamiento del cante y del baile.

"En España es la primera vez que voy a ofrecer un recital completamente solo, aunque tuve una experiencia similar este año en los festivales flamencos de Chicago y Múnich", comentó ayer en Sevilla el guitarrista y compositor que esta noche estrenará Andando el tiempo en el teatro Central, dentro de la Bienal de Flamenco. El titulo del recital es el mismo que el de su último disco, el séptimo en solitario, aunque ha grabado "cientos" en colaboración con otros artistas.

Para Núñez, que ha estado presente en casi todas las ediciones de la Bienal junto a otros artistas, éste será su segundo espectáculo como protagonista dentro de la programación del festival. El primero fue Flamencos en Nueva York, que presentó en 1990.

"La guitarra siempre es la última de la fila en la programación de los festivales. Es una pena, porque hay mucha gente joven, guitarristas flamencos, que están escribiendo las mejores páginas de música contemporánea de este país. Sin embargo, no pueden grabarlas, ni interpretarlas en directo, porque sólo ofrecen conciertos de guitarra los que ya están consagrados", lamenta el guitarrista que aprendió junto a Rafael del Águila.

"La verdad es que en Jerez y en el mundo del flamenco no se sabe cuándo uno empieza a ser profesional. De pronto te das cuenta que te han pagado por tocar y ya eres profesional", afirma el guitarrista quien grabó su primer disco en solitario en 1988, El gallo azul, que tuvo un gran éxito de crítica.

"Los guitarristas tenemos un inconveniente con respecto al baile y al cante para las actuaciones en directo y es que somos muy estáticos. Por eso, tenemos que elegir cuidadosamente el programa y evitar que resulte tedioso", dice el artista que interpretará esta noche temas como Soleá de la luna coja y Trasgo, ambos de su último trabajo Andando el tiempo.

"La guitarra flamenca en concierto es un instrumento muy joven, tiene tan sólo tres generaciones. Pero, además de ser joven, es un instrumento que está vivo, quiere aprender y crecer", dice el artista forjado en los festivales de verano acompañando el cante de Tío Borrico, Manuel Mairena o José de la Tomasa, entre otros.

"La experiencia y la formación que la gente de mi generación tuvimos es completamente distinta a la que tienen hoy los guitarristas jóvenes. Cuando yo comencé iba a los festivales con Tío Borrico en taxi, era un coche de gasoil muy viejo que se escacharraba a cada poco. Cuando había que esperar que lo repararan nos metíamos en una venta, Tío Borrico se tomaba su media botellita y se formaba lo más grande. Esa época no la han vivido los que han llegado después, se terminó", asegura Gerardo Núñez.

"La globalización también está afectando al flamenco. Por ejemplo, igual que nuestra guitarra suena ahora más limpia, te puedes encontrar a un guitarrista clásico rasgueando. Ya no se compone exclusivamente flamenco, sino que partimos de unos estilos para crear algo nuevo", concluye el artista.