Tribuna:DESDE MI SILLÍN | VUELTA 2004

Tormentas y reflexiones

Mientras la anunciada tormenta golpea con menos fuerza de la esperada el exterior del cristal, yo reposo en mi cama y me concedo un tiempo para la reflexión. Hemos cumplido una semana, un tercio de lo previsto, y a partir de hoy la historia será bien diferente. Ya saben, cambio de desarrollos (más simbólico que real, porque los desarrollos son los mismos), lo que implica cambio de protagonistas.

La tormenta de hoy [por ayer] me trae a la memoria la que cayó en León el sábado, el día en que comenzamos con una ya olvidada contrarreloj por equipos. No ha pasado tanto tiempo, pero sí tantas...

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Mientras la anunciada tormenta golpea con menos fuerza de la esperada el exterior del cristal, yo reposo en mi cama y me concedo un tiempo para la reflexión. Hemos cumplido una semana, un tercio de lo previsto, y a partir de hoy la historia será bien diferente. Ya saben, cambio de desarrollos (más simbólico que real, porque los desarrollos son los mismos), lo que implica cambio de protagonistas.

La tormenta de hoy [por ayer] me trae a la memoria la que cayó en León el sábado, el día en que comenzamos con una ya olvidada contrarreloj por equipos. No ha pasado tanto tiempo, pero sí tantas cosas. Las tormentas comenzaron acechándonos -tanto en lo meteorológico como en lo deportivo, con la exclusión de dos corredores el primer día- pero poco a poco le fuimos dando esquinazo -también en lo deportivo, pues nos hemos centrado en dar espectáculo con las piernas, no con polémicas como quieren algunos-. En León, en Burgos, y aquí en Valencia, la tormenta nos respetó. Pero cuando llegamos a Soria se vengó de nosotros sin piedad, para recordarnos con soberbia quién es aquí de verdad el que manda. Y esperemos que, de aquí a Madrid, con esa venganza ya haya sido suficiente.

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Entre las cosas que han pasado hay una que me reconforta sobremanera, y es que me he dado cuenta de que no predico en el desierto. Lo que aquí escribo sirve para algo más que hacerme pasar a mí el tiempo escribiéndolo y hacerles perder el ídem a otros publicándolo y a ustedes leyéndolo, claro está. Hoy he recibido dos libros de regalo y una carta agradeciéndome el gesto que tuve con el artículo "Ganando lectores"; y espero al menos uno más que ya me han prometido. También he notado cierto respeto de mis correligionarios desde el día en el que hice pública mi conversión a la religión del sprint. Y desde que anteayer me declaré en venta, noto cierto aumento en el interés de mis anteriores pretendientes por hacerse con mis servicios.

Pedro Horrillo es corredor del equipo Quick Step.

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