Reportaje:Atenas 2004 | GIMNASIA: DOS ESPAÑOLES SOBERBIOS

"Sigo siendo el campeón"

Gervasio Deferr dedica su éxito a todos los españoles que no se han portado tan mal con él "como los grandes jefazos"

Gervasio Deferr no estaba tan contento por fuera nada más ganar su segunda medalla de oro como tras conseguir la primera hace cuatro años en Sidney. Entonces fue una sorpresa, después del enfado de no llegar siquiera a su final de suelo. Ayer casi pareció una reafirmación. También enfadado por el nuevo fallo de suelo, pero con mucho mundo interior retorcido que ha debido pasar con sus problemas. Por eso todas sus palabras destilaron un sabor agridulce. De alegría contenida con mensajes a quienes no le han tratado bien en su mala racha. Incluso le dedicó el triunfo a su entrenador person...

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Gervasio Deferr no estaba tan contento por fuera nada más ganar su segunda medalla de oro como tras conseguir la primera hace cuatro años en Sidney. Entonces fue una sorpresa, después del enfado de no llegar siquiera a su final de suelo. Ayer casi pareció una reafirmación. También enfadado por el nuevo fallo de suelo, pero con mucho mundo interior retorcido que ha debido pasar con sus problemas. Por eso todas sus palabras destilaron un sabor agridulce. De alegría contenida con mensajes a quienes no le han tratado bien en su mala racha. Incluso le dedicó el triunfo a su entrenador personal de toda la vida, Alfredo Hueto, que no ha estado con él aquí por los eternos problemas de acreditaciones y federación. "Nos hemos mandado mensajes incluso antes de saltar". También lo dedicó a su hermanastro muerto en accidente. "Y a todo el país, que no se ha portado tan mal como los grandes jefazos". Y mandó mensajes como "en cinco minutos voy a pasar el control y así verán que no hago trampas. He ido dando una de cal y otra de arena, espero que a partir de ahora vaya todo mejor".

"En cinco minutos paso el control y así verán que no hago trampas", dijo al bajarse del podio
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"Hoy creí que se me acababa el mandato de campeón olímpico y, mira, lo he renovado. En suelo me traicionaron los nervios. Tenía un dolor de estómago que no podía con él y me quedé superdolido. Pero hoy creía que podía estar. Estaba más tranquilo.Lo he pasado mal, dos años y medio casi tres fuera de competición, lo que he es complicado, pero he demostrado que aún estoy ahí. Después de cuatro años vuelvo a estar ahí", fue su discurso, casi un resumen de sus sensaciones.

Respecto a sus fallos en suelo y aciertos en salto, dijo: "Ya no sé qué pensar ,porque vengo a ganar en suelo y me lleva el salto. No sé, quizá no deba pensar en ello. Vendré a divertirme todos los días y ya está. Algún día lo demostraré".

"En teoría debería haber ganado él", dijo en referencia a Dragulescu, que falló en su último salto. "Pero la gimnasia es así . Son cuatro segundos desde que echas a correr hasta que caes y nunca te puedes fiar. Yo no llego a clavar hoy y soy cuarto. Eso me pasó ayer en suelo, aunque no tenga nada que ver, son cosas distintas. En la segunda serie no clavé y me fui al cuarto". Por eso, por su fallo en suelo, no se va tan contento. "Sí, me voy contento, pero me podía ir mucho más"" Y ni siquiera se ha llegado a dar verdadera cuenta de que es doble campeón olímpico, el primero individual español que lo logra: "No, ya estaba haciendo bromas con todos, ya se me acaba el ser campeón olímpico, ahora otra vez a que tener que ganar algo para que me vuelvan a mirar así, y... sigo siéndolo, sigo siendo el campeón".

Sobre cómo reaccionó tras lo de su hermano, añadió: "Es una cosa que te pilla de sorpresa y tienes que reaccionar, no para todos sigue. Y él quería que yo viniese aquí, porque ha vivido todo lo mal que lo he pasado. También sabe que sufrí viendo cómo se retiraba de la gimnasia y aquel día pensé que lo mejor que podía hacer por él era ganar una medalla de oro. Yo venía a ganar la de suelo pero eso ya es lo de menos. La he ganado y también es suya".

Gervi, con tantas ideas y emociones por expresar, reconoció que el nuevo oro es muy distinto al de Sidney: "Esta medalla tiene un sabor diferente por todo lo que ha pasado, pero da igual es una medalla de oro olímpica y saben todas bien, no tienen nombre y apellido, no tienen rencor, ni mala hostia. Se trata simplemente del fruto del trabajo. No puedo decir que he estado cuatro años trabajando para esto, porque no me han dejado y tampoco he podido, porque me han tenido que operar de los dos brazos. Pero es el fruto de cinco o seis meses estrujadísimos. He trabajado un montón y ya lo tengo aquí. Seguí entrenando y decidí pasar de muchos comentarios que se escribían en la prensa y, nada, decir simplemente, que yo hice cosas muy puntuales y quiero demostrar al mundo que nunca he hecho trampa".

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