Crónica:Atenas 2004 | NATACIÓN

Villaécija logra su objetivo

La nadadora del grupo de Fortuny, finalista de los 800 metros libre

La mañana comenzó con mal pie para Erika Villaécija. Su compañero sentimental y miembro del grupo de Joan Fortuny en el CAR de Sant Cugat, Eduard Lorente, fracasó de forma estrepitosa en su intento de alcanzar la final de los 50 metros libres. Fue una pésima noticia porque salía con el cuarto mejor crono de la temporada y todos esperaban verle entre los últimos ocho. Ni siquiera quiso pararse en la zona mixta. Con esa premisa como previa, saltó a la piscina Erika, la última esperanza femenina de la natación española. Y no falló: se clasificó para la final de los 800 metros libres.

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La mañana comenzó con mal pie para Erika Villaécija. Su compañero sentimental y miembro del grupo de Joan Fortuny en el CAR de Sant Cugat, Eduard Lorente, fracasó de forma estrepitosa en su intento de alcanzar la final de los 50 metros libres. Fue una pésima noticia porque salía con el cuarto mejor crono de la temporada y todos esperaban verle entre los últimos ocho. Ni siquiera quiso pararse en la zona mixta. Con esa premisa como previa, saltó a la piscina Erika, la última esperanza femenina de la natación española. Y no falló: se clasificó para la final de los 800 metros libres.

Erika nadó una serie complicada, en la que era fácil equivocar los referentes. Pero supo corregir a tiempo y acabó con el séptimo mejor tiempo (8m 33,61s), muy por encima de la francesa Laure Manaudou (8m 25,91s), que ganó la serie y partirá en la cuarta calle. "Yo estoy contenta", indicó; "mi objetivo todavía no eran las medallas. Puede que otros pensaran en eso. Pero mi tiempo era el 11º del año. Sabía que a lo único que podía aspirar era a entrar en la final. Y lo he hecho".

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Su tiempo no fue para lanzar las campanas al vuelo. Quedó dos segundos sobre su mejor marca. "Creo que nadó bien", comentó Fortuny, su entrenador; "8m 33s no es un mal tiempo por la mañana. La despistó nadar en la misma serie que la campeona mundial, la alemana Hannah Stockbauer. La tomó como referente y se equivocó porque nadó muy lenta. Erika pasó con 4m 16s en los 400 metros y allí perdió la posibilidad de bajar su tiempo. Pero estoy convencido de que en la final, por la tarde, nadará mucho mejor".

Stockbauer quedó apeada de la final, al igual que la japonesa Sachiko Yamada, que partía con el mejor tiempo de la temporada. "Nadar la final de relevos levantó mi moral", agregó Erika; "estaba convencida de que podía hacerlo bien. Pero las medallas se cerrarán en 8m 27s y ese tiempo no está a mi alcance. Mi único objetivo ahora es romper el récord de España". Lo estableció en los Europeos de Madrid, en mayo: 8m 31,26s.

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