Reportaje:Atenas 2004 | Yudo

La política antes que el oro

El iraní Miresmaeili, doble campeón mundial, excluido por negarse a combatir con un israelí

Arash Miresmaeili, el abanderado de la delegación olímpica iraní, fue excluido ayer de los Juegos y la razón, en esta ocasión, no fue el dopaje. El yudoka iraní, doble campeón del mundo en la categoría de 66 kilos, no pudo resistir que el sorteo le enfrentase al israelí Ehud Vaks, en la primera ronda, y decidió renunciar "por simpatía con el sufrido pueblo palestino". "La eliminación no me preocupa", sentenció.

Miresmaeili, de 23 años, no es un desconocido en el panorama internacional del yudo. Sus dos títulos mundiales le avalaban como el gran favorito en la categoría para obtener el o...

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Arash Miresmaeili, el abanderado de la delegación olímpica iraní, fue excluido ayer de los Juegos y la razón, en esta ocasión, no fue el dopaje. El yudoka iraní, doble campeón del mundo en la categoría de 66 kilos, no pudo resistir que el sorteo le enfrentase al israelí Ehud Vaks, en la primera ronda, y decidió renunciar "por simpatía con el sufrido pueblo palestino". "La eliminación no me preocupa", sentenció.

Miresmaeili, de 23 años, no es un desconocido en el panorama internacional del yudo. Sus dos títulos mundiales le avalaban como el gran favorito en la categoría para obtener el oro. El diario norteamericano USA Today, en sus habituales predicciones, no dudaba en otorgarle la medalla por encima del francés Benboudaoud (plata) y el cubano Arencibia y el ruso Djafarov (bronces).

Su rival, Vaks, es un buen yudoka, pero ajeno a los títulos, aunque prometía en su época de júnior llegando a conseguir una medalla de bronce en los Mundiales de 1983, por ejemplo. Era a priori, una presa fácil para el campeón iraní si no hubiera prevalecido su opinión política sobre el espíritu olímpico.

El principal atleta iraní, al parecer, lo tenía muy claro desde el principio. Su decisión de renunciar al combate se produjo inmediatamente después de que el destino le hubiera enfrentado con un yudoka de Israel, país no reconocido por Irán desde 1979. Una decisión que ha sido no solamente comprendida, sino aplaudida por sus dirigentes deportivos.

Los deportistas iraníes tienen prevista una prima de 94.000 euros por medalla conseguida en Atenas. Ciertamente, no serán muchas y el presupuesto no se disparará. La más segura era precisamente la de Miresmaeili. Su espantada política no le traerá consecuencias económicas. Mohammad Derakhshan, el presidente de la federación iraní de yudo, se apresuró a afirmar: "Miresmaeili debe ser recompensado. Era el favorito para el título y me voy a encargar de que tenga su recompensa".

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