Inicio de campaña frustrado desde Francia

La denominada campaña de verano de la banda terrorista ETA se vio frustrada, al menos en su inicio, el pasado 17 de junio, cuando una operación conjunta entre la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía y de la División Nacional Antiterrorista francesa (DNAT) permitió la detención del núcleo del aparato encargado de los grupos de reserva de ETA. Los investigadores localizaron tres pisos en Angers, Le Mans y Limoges, donde se incautaron de 10 pistolas, abundante munición, tres detectores de balizas, 44.600 euros, ordenadores, placas falsas de matrícula, tres coches y div...

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La denominada campaña de verano de la banda terrorista ETA se vio frustrada, al menos en su inicio, el pasado 17 de junio, cuando una operación conjunta entre la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía y de la División Nacional Antiterrorista francesa (DNAT) permitió la detención del núcleo del aparato encargado de los grupos de reserva de ETA. Los investigadores localizaron tres pisos en Angers, Le Mans y Limoges, donde se incautaron de 10 pistolas, abundante munición, tres detectores de balizas, 44.600 euros, ordenadores, placas falsas de matrícula, tres coches y diversa documentación.

Los agentes franceses detuvieron entonces a ocho presuntos terroristas, entre ellos, Iñaki López de Bergara Astola, Yves, considerado por la policía como el máximo responsable de la estructura de los taldes de reserva. Este arresto fue valorado como de vital importancia para obstaculizar la campaña de verano que ETA pudiera estar preparando, sobre todo, en localidades con gran afluencia de turistas y renombre en el extranjero.

Una vez más, las informaciones que manejan los especialistas de la lucha antiterrorista es que ETA apuntaba al litoral mediterráneo como la zona donde cometer sus atentados. La costa alicantina sufrió un doble golpe el 22 de julio de 2003, cuando los terroristas hicieron estallar dos artefactos colocados en sendos hoteles de playa de Alicante y de Benidorm. Las explosiones causaron 13 heridos de extrema gravedad, uno de ellos un ciudadano holandés.

Ambos sucesos ocurrían casi un año después de que el cuartel de la Guardia Civil de la localidad alicantina de Santa Pola saltara por los aires por la explosión de un coche bomba. El atentado le costó la vida a una niña de seis años y a un hombre de 55.

La zona mediterránea no fue la única elegida por la banda terrorista para atentar, ya que una bomba con 25 kilos de explosivos colocada en un Renault 19 con matrícula trucada explotó el 27 de julio de 2003 en el aeropuerto de Santander. La deflagración destrozó una docena de vehículos y dañó seriamente a otros 40. La policía evitó una tragedia al llevar a unas 60 personas al centro de la pista del aeródromo.

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