De la carretera M-501
Las supuestas mejoras de la M-501 generan con cada actuación un punto negro. En el kilómetro 22, a la altura de Quijorna, el diseño del trazado y señalización en el paso de dos carriles a uno es un alarmante despropósito de seguridad vial, para el que nadie reclama rectificación.
En el 55, después de la adecuación de firme y arcenes, se consiente una salida de camiones justo en un pronunciado cambio de rasante. La recién terminada rotonda de Navas del Rey provoca atascos memorables en los retornos a Madrid.Y la próxima variante de Pelayos de la Presa (si no lo remedia alguna mente lúci...
Las supuestas mejoras de la M-501 generan con cada actuación un punto negro. En el kilómetro 22, a la altura de Quijorna, el diseño del trazado y señalización en el paso de dos carriles a uno es un alarmante despropósito de seguridad vial, para el que nadie reclama rectificación.
En el 55, después de la adecuación de firme y arcenes, se consiente una salida de camiones justo en un pronunciado cambio de rasante. La recién terminada rotonda de Navas del Rey provoca atascos memorables en los retornos a Madrid.Y la próxima variante de Pelayos de la Presa (si no lo remedia alguna mente lúcida) será otro desatino circulatorio (aparte de un fiasco legal), que añade dos rotondas, una de las cuales, además de escasa visibilidad previa, dará prioridad a quien atraviese el casco urbano, frente a los que recorran 3 kilómetros de más por la circunvalación. ¿Es torpeza casual o interesa convertir en imprescindible la duplicación de la M-501?