Columna

Vergüenza ajena

"Lo peor es encontrarnos en Andalucía gente de 40 y 50 años que tiene miedo de decir en público lo que sostiene con brillantez en privado... Hace falta mucha más libertad en el día a día... Hace falta un gobierno más respetado que temido y hoy la Junta despierta temor, prevención". Reproduzco las palabras de Javier Arenas en su intervención en la reunión interparlamentaria del PP celebrada el pasado viernes en Málaga.

A estas alturas del guión mentiría si dijera que me han sorprendido. La tesis del miedo fue puesta en circulación en Andalucía hace ya varios años por Jaime Mayor Oreja, t...

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"Lo peor es encontrarnos en Andalucía gente de 40 y 50 años que tiene miedo de decir en público lo que sostiene con brillantez en privado... Hace falta mucha más libertad en el día a día... Hace falta un gobierno más respetado que temido y hoy la Junta despierta temor, prevención". Reproduzco las palabras de Javier Arenas en su intervención en la reunión interparlamentaria del PP celebrada el pasado viernes en Málaga.

A estas alturas del guión mentiría si dijera que me han sorprendido. La tesis del miedo fue puesta en circulación en Andalucía hace ya varios años por Jaime Mayor Oreja, trasladando su análisis de los resultados electorales en el País Vasco a Andalucía, sin que se entendiera muy bien qué tenía que ver lo que ocurría en aquella comunidad autónoma con lo que ocurre en la nuestra. Pero la tesis hizo fortuna en el interior del PP y ha sido repetida en varias ocasiones, a veces antes de las elecciones, con la finalidad de despertar una rebeldía en los ciudadanos o de suscitar un sentimiento de vergüenza en ellos si no son capaces de votar a un partido distinto del socialista, y a veces después, con la finalidad de explicar los resultados de las elecciones y deslegitimar en cierta medida la victoria del PSOE.

"La única manifestación de miedo en la competición política en Andalucía desde 1977 se ha visto dentro de los partidos"

El eco de la tesis en la ciudadanía ha sido nulo. Me atrevería a decir incluso que su rendimiento marginal ha sido tan decreciente, que realmente no pensaba que iba a encontrármela de nuevo. Pero Javier Arenas, por lo que se ve, se está haciendo mayor y no es capaz de hacer otra cosa que repetirse. Allá él y su partido. Si esperan ganar unas elecciones con la tesis del miedo, mejor es que vayan buscando un asiento cómodo.

He vivido con bastante intensidad la política en Andalucía, bien como actor bien como analista, y realmente no he detectado en ningún momento que hubiera en la ciudadanía ningún tipo de temor ante el ejercicio del poder. No he visto que se le haya tenido miedo ni al Gobierno de la Junta, ni a los de los Ayuntamientos, ni a nadie. No creo que el temor haya entrado en las consideraciones de los ciudadanos a la hora de depositar el voto en la urna. No recuerdo ningún estudio serio que lo haya registrado como un componente significativo del comportamiento electoral de los andaluces.

La única manifestación de miedo que he detectado en la competición política en Andalucía desde 1977 es la que se ha producido en la competición intrapartidaria. En el interior de los partidos sí he visto manifestaciones de miedo y he visto como el miedo condicionaba la conducta de algunos de los dirigentes. Lo vi en el Partido Comunista en la crisis del 80-81. Lo pude presenciar desde fuera en el interior de UCD, tras el giro autonómico de enero de 1980 impuesto por la dirección nacional, que condujo a la catástrofe para dicho partido del 28 F. Manuel Clavero tuvo el valor de rebelarse, pero lo hizo prácticamente en solitario, cuando es más que probable que su posición fuera compartida por la mayor parte de los militantes y dirigentes del partido en Andalucía. Y lo estoy viendo estos días en el interior del PSOE.

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¿Cómo puede explicarse si no el manifiesto que hicieron público el pasado viernes 150 cargos públicos de la provincia de Sevilla? ¿A qué viene dirigirse al secretario general del PSOE-A para expresarle públicamente "su lealtad total y su confianza plena en el liderazgo que vienes desempeñando en el PSOE de Andalucía, sin que deban ni puedan interpretarse de manera torcida o interesada, aquellas manifestaciones de malestar, deseos o aspiraciones de los socialistas sevillanos que hayan podido expresarse por algunos de nuestros dirigentes en los últimos días"? ¿Por qué tienen que pedir perdón, por ver crecer "en nuestras bases, cuadros orgánicos y cargos institucionales, la sensación, con razón o sin ella, justificada o injustificadamente, de que Sevilla y el PSOE de Sevilla, no ocupan en el concierto regional el lugar que se merecen y les corresponden"?

¿Qué lenguaje es este? ¿Cómo es posible que no les de vergüenza a tantos cargos públicos poner su firma bajo un texto de ese tenor? El lenguaje no es que sea preconstitucional, es que es preestatal. Es medieval. Es el lenguaje de unos vasallos que se dirigen a su señor, pidiendo perdón no se sabe muy bien por qué y solicitando alguna merced, aunque no sea por sus merecimientos. Al manifiesto le falta acabar con un SUPLICA a V.I., aunque materialmente ese sea el sentido del último punto del mismo, en el que se "pide" al secretario general que "posibilite que el próximo Congreso Regional sea una gran fiesta para todos y que nos permita seguir esforzándonos para aportar, aún más, a nuestros objetivos comunes y al reforzamiento de tu liderazgo social, electoral y orgánico".

Hace mucho tiempo que no he sentido tanta vergüenza ajena como la que he sentido al leer este manifiesto. No entiendo como dirigentes políticos, elegidos por los ciudadanos para que los representen, se pueden rebajar hasta el punto en que lo hacen al suscribir ese manifiesto. Deberían de pensar que a unos representantes que se faltan el respeto a sí mismo, es muy difícil que los puedan respetar los demás.

Y desde luego la dirección del PSOE debería reflexionar muy seriamente sobre el manifiesto y sobre las circunstancias que lo han hecho posible. No creo que haya habido ningún acto político que le haya podido hacer tanto daño a la imagen del PSOE ante la ciudadanía como el manifiesto al que me estoy refiriendo. Obviamente los responsables del manifiesto son quienes lo han firmado. Pero es el PSOE en su conjunto el que se ve afectado por el mismo. Algo patológico tiene que estar pasando en el interior de un partido en el que se producen conductas como éstas.

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