36º CONGRESO DEL PSOE

Los nuevos espacios

Hace ya mucho tiempo que la palabra igualdad como principio indeclinable del socialismo desapareció del vocabulario de la izquierda en general, y del PSOE en particular. Ahora ha reaparecido, pero no en su sentido inicial, revolucionario, sino para expresar la voluntad de equiparar los derechos de hombres y mujeres en la sociedad moderna. Esa es, sin duda, una de las señas de identidad del actual secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. Ayer el énfasis de su discurso de clausura del 36º Congreso estuvo mucho más en esa voluntad de "extender los derechos" (mediante la i...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hace ya mucho tiempo que la palabra igualdad como principio indeclinable del socialismo desapareció del vocabulario de la izquierda en general, y del PSOE en particular. Ahora ha reaparecido, pero no en su sentido inicial, revolucionario, sino para expresar la voluntad de equiparar los derechos de hombres y mujeres en la sociedad moderna. Esa es, sin duda, una de las señas de identidad del actual secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. Ayer el énfasis de su discurso de clausura del 36º Congreso estuvo mucho más en esa voluntad de "extender los derechos" (mediante la igualdad de hombres y mujeres, en la sociedad y en la propia ejecutiva; el respeto legal a la libre opción sexual o la defensa de la escuela pública como base de la igualdad de oportunidades) que en otros mensajes políticos.

Más información

Al secretario general del PSOE se le reprocha a veces que pase como sobre ascuas cuando habla de cuestiones económicas o, incluso, de enjundia territorial, pero está claro que toda esa ambigüedad, que se mostró también en este 36º Congreso, desaparece como por ensalmo cuando se refiere a lo que llama "la ampliación de los espacios de participación pública" o de profundización de la democracia: "Salimos de aquí a combatir cualquier tipo de dominación", proclamó. En ese campo, quizás el núcleo central de su filosofía política, se esfuerza por presentar propuestas concretas y por exigir a su partido que salte un listón muy alto. Incluso es posible que quiera que esos avances sociales sean su principal legado político.

El 36º Congreso del PSOE ha sido un congreso tranquilo. Tranquilo, pero con cosas curiosas. Por ejemplo, que la ejecutiva no se parece mucho a la que había anunciado al principio el secretario de organización del partido, José Blanco. Que finalmente se aceptara incorporar al secretario del PSC y ministro de Industria, José Montilla, no le resultó extraño a casi ningún delegado. Por el contrario, muchos de ellos quedaron perplejos ante la repentina aparición del canario Juan Fernando López Aguilar, ministro de Justicia. Primero, porque Blanco había insinuado que solo habría un ministro (Jesús Caldera) en la ejecutiva. Y segundo, y sobre todo, porque ahora va a ser muy complicado explicar por qué ha quedado fuera Jordi Sevilla, el único miembro del grupo fundacional, junto con Cristina Narbona, que sale de Ferraz.

"Como ministro de Administraciones Públicas, Sevilla es, además, el encargado de negociar con Montilla y con Maragall y no se puede decir que haya quedado muy reforzado", se lamenta un dirigente provincial. Otro alto cargo reconoció sentirse asombrado. "Fue decisión de José Luis a última hora y yo no tengo explicación que dar". Muchos ponen cara de circunstancias e improvisan débiles explicaciones: "será que Sevilla va a coordinar el Consejo Territorial", "será que la federación canaria insistió hasta el final". Quien estuvo hasta el final en las listas y sin embargo terminó saltando fue Eduardo Madina, el joven diputado vasco.

Fuera como fuera, quedó claro que la composición de la ejecutiva del PSOE era cosa del propio Zapatero y que sus ya famosas ambigüedades le dejan siempre las manos libres.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tan curiosa como la elección de la ejecutiva fue la redacción de las resoluciones finales y, sobre todo, del apartado El fortalecimiento y desarrollo de la España de las autonomías. El texto final deja claro que la reforma de los Estatutos "debe llevarse a cabo conforme a la Constitución y respetar sus previsiones". Luego, probablemente para dar satisfacción al PSC, entra en complicadas frases, buena parte de ellas recogidas de la Declaración de Santillana, ("se trata de perfeccionar, a través de una mayor participación de las comunidades autónomas, la realidad compartida que es España), y otras de nueva cosecha, pero igualmente espesas. El sencillo texto de la ponencia marco, como es habitual en casi todos los congresos, pasó a complicarse con las aportaciones de unos y otros. Las de Pasqual Maragall quedaron, sin duda, reflejadas. Basta leer el párrafo que habla del "desarrollo de un modelo de infraestructuras en red", algo que tanto agrada al presidente de la Generalitat.

Archivado En