Pugna en CDC para evitar que Mas blinde a su equipo de colaboradores

Artur Mas se ha encontrado con un contratiempo inesperado a su intención de blindar a su equipo más estrecho de colaboradores y colocarles en las seis futuras secretarías ejecutivas. Mas tenía planeado que el congreso de Convergència Democràtica (CDC) ratificara estos nombramientos en una votación en bloque. Pero decenas de enmiendas reclaman una votación individual y el 50% de los sufragios para salir elegido.

La dirección de CDC quedará divida, a partir del congreso de julio, en tres bloques: seis vicesecretarías generales, seis secretarías ejecutivas y la propia ejecutiva, integrada ...

Artur Mas se ha encontrado con un contratiempo inesperado a su intención de blindar a su equipo más estrecho de colaboradores y colocarles en las seis futuras secretarías ejecutivas. Mas tenía planeado que el congreso de Convergència Democràtica (CDC) ratificara estos nombramientos en una votación en bloque. Pero decenas de enmiendas reclaman una votación individual y el 50% de los sufragios para salir elegido.

La dirección de CDC quedará divida, a partir del congreso de julio, en tres bloques: seis vicesecretarías generales, seis secretarías ejecutivas y la propia ejecutiva, integrada por unos 40 miembros. En el segundo escalafón, de nueva creación, Mas quiere colocar a su guardia pretoriana desde que era conseller en cap. Entre estas personas se encuentran David Madí, ex secretario de comunicación; Oriol Pujol Ferrusola, ex número dos del Departamento de Industria, y Quico Homs, ex director general de Asuntos Interdepartamentales.

La intención de Mas es distribuir las secretarías ejecutivas con más peso -comunicación y estrategia, estudios y dinámica electoral, formación y finanzas- entre Madí, Pujol y Homs. Para asegurarse su elección y evitar un voto de castigo en el congreso -numerosos dirigentes territoriales critican la gestión de este equipo-, Artur Mas impuso que la votación de los seis secretarios ejecutivos se realizara en bloque. En cambio, los vicesecretarios generales deben primero presentar su candidatura y después someterse individualmente al plebiscito de los delegados.

Pero la maniobra del líder de CDC puede torcerse. Decenas de militantes han presentado enmiendas a la ponencias congresuales en contra de este sistema de elección. De este modo, reclaman que cada secretario ejecutivo sea votado de forma individual y que obtenga, al menos, el 50% de los votos para aspirar al cargo. De lo contrario, Mas debería presentar otro candidato.

Estas enmiendas de la militancia no son causales. Entre los cuadros convergentes existe un gran descontento contra esta guardia pretoriana, a la que responsabilizan de mantener enclaustrado a Artur Mas y distanciarle así de las bases del partido. Además, consideran que ha acumulado demasiado poder bajo la protección de Mas.

Fuentes de esta formación política consideran muy improbable poder frenar estas enmiendas en el congreso. "Harán falta grandes dosis de persuasión para que no se aprueben", señaló un alto dirigente de CDC.

Si las secretarías ejecutivas estarán dominadas por el sector soberanista, en las vicesecretarías generales -conocidas como directorio- Mas desea nombrar a dos miembros del sector nacionalista moderado. Mas se esfuerza en convencer a Lluis Recorder, alcalde de Sant Cugat y parlamentario, para que ocupe la de acción política y estrategia. Pero Recoder debería dimitir de una de estas dos responsabilidades. La ex diputada, Inma Riera, por su parte, presidirá la de Bienestar, Identidad y Cultura.

En cuanto a los presidentes intercomarcales, la dirección de CDC ya tiene candidatos. En Girona se ha conseguido una lista de consenso presidida por Eudald Casadessus y que incorporará a Lluis Guinó. En Tarragona, la ejecutiva la dirigirá el alcalde de Albinyana, Joaquim Nin, y la de Lleida, el actual parlamentario Francesc Vallabriga.