Entrevista:ENRIQUE MORATALLA | Cantautor

"En la Junta interpreté partituras que yo no había compuesto"

Enrique Moratalla (Granada, 1957) presenta hoy en su ciudad su segundo disco, Fabiola 11, fraguado durante su exilio en Sevilla, donde ocupó hasta las pasadas elecciones los puestos de viceconsejero y consejero de Cultura. Esta vez, el cantautor no permitirá que la política frustre su vocación. Defenderá y cantará sus canciones sin responsabilidades políticas, pero con la misma militancia que, asegura, ha guiado toda su vida.

Pregunta. Aclárese, ¿es usted político o músico?

Respuesta. Empecé a hacer música con 17 años, con Manifiesto Canción del Sur. Desde en...

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Enrique Moratalla (Granada, 1957) presenta hoy en su ciudad su segundo disco, Fabiola 11, fraguado durante su exilio en Sevilla, donde ocupó hasta las pasadas elecciones los puestos de viceconsejero y consejero de Cultura. Esta vez, el cantautor no permitirá que la política frustre su vocación. Defenderá y cantará sus canciones sin responsabilidades políticas, pero con la misma militancia que, asegura, ha guiado toda su vida.

Pregunta. Aclárese, ¿es usted político o músico?

Respuesta. Empecé a hacer música con 17 años, con Manifiesto Canción del Sur. Desde entonces he mantenido mi militancia y mi actitud ante la vida. Después vino la actividad pública pero sólo durante ocho años, los suficientes para dejarla. Pero no dejo la política, porque la militancia me acompaña desde que empecé. A la gestión pública no pienso dedicarle ni un minuto más porque hay otras muchas cosas que hacer. Agradezco la oportunidad, pero uno se deja muchas cosas en el camino.

P. ¿No es una trampa para un cantautor pasar por los dos bandos?

R. Ser militante es tener una actitud concreta ante la vida. Aunque son posiciones distintas no hay ningún tipo de trampa, ocupes la trinchera que ocupes. Si los proyectos los enfocas con el mismo talante y la persona es la misma, los resultados también.

P. ¿Son incompatibles música y política?

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R. El primer disco, Corazón transeunte, lo saqué cuando hace cuatro años tomé la decisión de dejar la vida pública. Carmen Calvo me pidió que siguiera y yo acepté, lo que me impidió defender mis canciones por una cuestión estética y ética. Ahora eso no va a ocurrir porque la decisión es firme. El fin no es dedicarme al cien por cien a la música que para mí es un complemento importante y una necesidad vital. En un mundo bastante plano en el que los sonidos son clónicos, que alguien tenga cosas que decir y el coraje de decirlas, es una magnífica solución.

P. ¿Le inspira su anterior cargo?

R. Evidentemente sí. La gestión cultural es enriquecedora, un master casi diario. Pero mis canciones tienen mucho más que ver con las grandes verdades como la vida y la muerte, la soledad, el amor, la pasión...

P. ¿Quién pondrá ahora la música en la Junta?

R. Yo nunca he escrito ninguna partitura para el Gobierno. En los tres meses que estuve en él he interpretado otras que yo no componía. Deseo que esas partituras sigan sonando bien y que, a ser posible, no se note si desafinan.

P. Recíte algo de sus letras.

R. Traje la vida / muerte atávica hay en mí y yo traje la vida / Traje la luz en mis ojos alumbrando el mundo entero / y mis ojos se cerraron con la furia en Sarajevo / Soy el hijo de los dioses, soy el beso del big bang / y la ira en las Azores me sepultó en Bagdad.

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