Cartas al director

Angélica

Ayer, al mirar la contraportada de EL PAÍS, me dio un vuelco el corazón. Supe que eras tú sin necesidad de leer la columna de Elvira Lindo. Desde el 11 de marzo, tu nombre está en mi pensamiento, no sé por qué; quizá por las palabras sobre ti de tu madre, quizá porque tengo una hija sólo cinco meses menor que tú, quizá por la dulzura de tu nombre. Ese nombre que no se aparta de mí. Pienso que los que se van siguen vivos en los que les amaron, y tú, sin conocerte, seguirás viva en mí....

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Ayer, al mirar la contraportada de EL PAÍS, me dio un vuelco el corazón. Supe que eras tú sin necesidad de leer la columna de Elvira Lindo. Desde el 11 de marzo, tu nombre está en mi pensamiento, no sé por qué; quizá por las palabras sobre ti de tu madre, quizá porque tengo una hija sólo cinco meses menor que tú, quizá por la dulzura de tu nombre. Ese nombre que no se aparta de mí. Pienso que los que se van siguen vivos en los que les amaron, y tú, sin conocerte, seguirás viva en mí.

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