Reportaje:Eurocopa 2004 | Dos personajes curiosos

El gamberro sueco

Ibrahimovic, el juvenil más caro de la historia (8,6 millones) y máximo goleador del Ajax, se ha ganado a pulso la leyenda de 'chico malo'

Zatlan Ibrahimovic (Malmoe, 1981), hijo de emigrantes bosnios, Jurka y Sefik, creció en una barriada asolada por el desempleo en uno de los puertos industriales de la próspera Suecia, Rosemgrad, donde el 84% de sus habitantes no es de origen sueco. A los cinco años se compró unas zapatillas rojas de fútbol. A los 10, enrolado en un equipo de exiliados laborales denominado Balkans, se quedó durante los primeros 45 minutos en el banquillo. Perdían por 0-4. En el descanso y "muy enfadado", salió el pequeño Zatlan. Ganaron por 8-5. Era la época en la que se pedía ser Ronaldo. Y es que Ibrah...

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Zatlan Ibrahimovic (Malmoe, 1981), hijo de emigrantes bosnios, Jurka y Sefik, creció en una barriada asolada por el desempleo en uno de los puertos industriales de la próspera Suecia, Rosemgrad, donde el 84% de sus habitantes no es de origen sueco. A los cinco años se compró unas zapatillas rojas de fútbol. A los 10, enrolado en un equipo de exiliados laborales denominado Balkans, se quedó durante los primeros 45 minutos en el banquillo. Perdían por 0-4. En el descanso y "muy enfadado", salió el pequeño Zatlan. Ganaron por 8-5. Era la época en la que se pedía ser Ronaldo. Y es que Ibrahimovic, ahora un gigante de 1,92 metros de estatura, es, según Larsson, su compañero de vanguardia en la selección sueca, que hoy debuta ante Bulgaria, "uno de los mejores delanteros de Europa": "Es fuerte, grande, técnico y rápido".

"¿Y esos rasguños en la cara?". "No lo sé; pregúntele a su mujer", respondió al reportero
"¿Aún no ha descubierto el arma que escondo?", espetó una vez a un agente en un aeropuerto
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Pero también tiene sus defectos. Según uno de los miembros de la expedición sueca en Portugal, su perdición es "el temperamento". A Ibrahimovic le llaman el bad boy (chico malo) nórdico. "Es demasiado caliente", precisan. Una actitud inconformista que quizá tenga algo que ver con que su pasatiempo favorito sea practicar el taekwondo. Una rebeldía que le llevó a abandonar la escuela cuando aún le restaban dos años. Su argumento: "No voy a estar viviendo en Suecia tanto tiempo antes de que me fiche un club extranjero". Tenía razón. También acertó con otro pronóstico: "Jugaré la Eurocopa de 2004".

Cuando tenía 18 años viajó a España, a La Manga (Murcia), para disputar un torneo juvenil. Deslumbró. Leo Beenhakker, entonces técnico del Ajax, se lo arrebató al Arsenal, que le había invitado a visitar Highbury por expreso deseo de Arsène Wenger, su preparador. Corría 2001. El club de Amsterdam pagó por una promesa que apenas tenía la mayoría de edad 8,6 millones de euros. Un récord mundial en cuanto a desembolso por un juvenil y también el mayor gasto por un sueco en toda la historia. Nada menos que 1.300 millones de las antiguas pesetas. Firmó un contrato hasta 2006 con el conjunto holandés.

Pero su estancia en la ciudad de los canales no ha sido siempre plácida. En la etapa en la que el primer entrenador fue Co Adriaanse, en 2002, apenas disputó 20 partidos y la mayoría los vio con la visión sesgada que se tiene del césped desde el banquillo. El arisco carácter de Ibrahimovic no aceptó su suplencia y estuvo muy próximo a firmar por el Roma. No fue así y todo cambió cuando Ronald Koeman se encargó de la dirección técnica del Ajax. "Koeman es fantástico. Él confía en mí y yo confío en él". Esta temporada se ha consolidado y, aunque estuvo tres meses lesionado, ha sido el máximo goleador del equipo, con 12 tantos, y se ha proclamado campeón de Liga.

Pero Ibrahimovic no es un personaje convencional. Estuvo a punto de ser detenido por hacerse pasar por un policía "de paisano" en el barrio chino de su ciudad natal, Malmoe. También tuvo problemas en el aeropuerto cuando se le ocurrió preguntar a un agente: "¿Aún no ha descubierto el arma que escondo?". "No estoy loco. Sólo quiero pasármelo bien", explicó entonces el delantero como lo más natural.

Ibrahimovic, amante de la historia de perseverancia de Robinson Crusoe y de la comida china, también ha mantenido polémicas con otros colegas de profesión. El noruego Carew dudó en 2002 de su progresión. Ibrahimovic fue contundente en su respuesta: "Lo que es capaz de hacer Carew con un balón yo lo puedo realizar con una naranja". También se mostró muy descriptivo con un regate que le hizo al suizo Henchoz, del Liverpool: "Me fui a la izquierda, luego me moví a la derecha, después me volví a ir hacia la izquierda y... él se fue a comprar un perrito caliente".

Su colección de réplicas ingeniosas ocupa toda una página de Internet. Allí se puede leer, por ejemplo, que Ibrahimovic respondió a la pregunta de un informador de por qué tenía rasguños en la cara: "No lo sé; pregúntele a su mujer". El delantero, que conserva la nacionalidad bosnia de sus padres compartida con la sueca, ha dado muestras de su gracia en muchas otras ocasiones. En una de ellas, un periodista holandés le preguntó si era posible que el Ajax perdiera nueve puntos de ventaja en los nueve partidos que restaban del campeonato. Ibrahimovic, muy serio, respondió: De acuerdo con mis cálculos, es posible perder nueve puntos en tres partidos".

Ayer, en la conferencia de prensa previa al choque contra Bulgaria, no mostró su lado más gamberro, el habitual según los que acompañan a Suecia, y se limitó a los tópicos propios de la situación. "Estoy muy contento de compartir la delantera con Larsson", dijo en referencia a la vuelta por primera vez desde 2002 de éste a su selección.

Ibrahimovic, durante una sesión preparatoria.EFE

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