La fadista que pudo ser cantaora
Apenas levantaba cuatro palmos del suelo y escondía su mirada huidiza tras una media melena castaña, cuando ya tenía claro que de mayor sería cantante. Su primer disco emparenta la devoción por Amália y las noches de infancia oyendo flamenco en un pequeño pueblo de Huelva. Entre los admiradores de esta joven nacida en Lisboa hace 26 años, que creció en el Alentejo, se encuentra Joaquín Sabina, que la escuchó en un club de fado....
Apenas levantaba cuatro palmos del suelo y escondía su mirada huidiza tras una media melena castaña, cuando ya tenía claro que de mayor sería cantante. Su primer disco emparenta la devoción por Amália y las noches de infancia oyendo flamenco en un pequeño pueblo de Huelva. Entre los admiradores de esta joven nacida en Lisboa hace 26 años, que creció en el Alentejo, se encuentra Joaquín Sabina, que la escuchó en un club de fado.