Entrevista:IÑIGO IBAIBARRIAGA | Músico

"El público se está perdiendo el sonido de su tiempo"

Desde 1997, la asociación Kuraia desarrolla su proyectos de difusión de la música contemporánea. Iñigo Ibaibarriaga encontró en Kuraia el marco para profundizar en las composiciones más recientes, relegadas tanto en la programación como en la oferta discográfica. Sus proyectos les llevan a trabajar en la relación con otras disciplinas artísticas.

Pregunta.
El reconocimiento social de la música contemporánea es menor que el que tienen otras expresiones artísticas.

Respuesta. Sin duda. Es menor que otro tipo de música culta y está por detrás del arte plástico, que mue...

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Desde 1997, la asociación Kuraia desarrolla su proyectos de difusión de la música contemporánea. Iñigo Ibaibarriaga encontró en Kuraia el marco para profundizar en las composiciones más recientes, relegadas tanto en la programación como en la oferta discográfica. Sus proyectos les llevan a trabajar en la relación con otras disciplinas artísticas.

Pregunta. El reconocimiento social de la música contemporánea es menor que el que tienen otras expresiones artísticas.

Respuesta. Sin duda. Es menor que otro tipo de música culta y está por detrás del arte plástico, que mueve mucho dinero a través de las galerías. No creo que sea una cuestión de volumen de artistas o de creación, sino de mercado.

PERFIL

Iñigo Ibaibarriaga (Bilbao, 1962) se acercó al saxofón por su afición al jazz. Más tarde, su formación académica le llevó a especializarse en los compositores contemporáneos. Ahora es miembro de Kuraia, profesor de saxofón en la Escuela Municipal de Música de Santurtzi y prepara una tesis en la Facultad de Bellas Artes sobre la creación de la música contemporánea y las nuevas tecnologías en el escenario.

P. ¿Por qué la música contemporánea no tiene más presencia en la industria discograáfica y en las programaciones de las orquestas?

R. Porque básicamente tenemos una formación tonal. Nuestro oído reconoce claramente las tensiones y las distensiones de la arquitectura sonora, nuestra oreja escucha perfectamente un acorde de tónica después de haber escuchado un acorde dominante. Sin embargo, en los comienzos del siglo XX el inicio del dodecafonismo, en el que el peso tonal se distribuye a lo largo de todo el cromatismo de los doce sonidos, ese tipo de música empieza a tambalearse. Al público le resulta más dificil acercarse a este tipo de repertorio. Sucederá que dentro de unos años se recuperará este material, siempre es así.

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P. El público no escucha música contemporánea, luego no educa su oído, y como no demanda ese repertorio, no se programa. ¿Cómo romper ese círculo vicioso?

R. Es muy dificil. Para empezar, se debe cambiar la formación en las aulas de las escuelas de música y los conservatorios. Se puede comparar, por ejemplo, con la Facultad de Bellas Artes. Un alumno entra a Bellas Artes y sus profesores no quieren que pinte un velázquez o esculpa como Rodin. Aspiran a que se convierta en un creador vinculado a su tiempo, con conocimiento de la creación que se produce en su tiempo y con conocimiento de lo que ha sucedido en el pasado. En el conservatorio trabajan la técnica, estudian historia de la música hasta los comienzos del siglo XX, conocen los procesos formales de los creadores en el pasado, el repertorio, pero no conocen el piano preparado. No conocer el piano preparado es como no conocer a Duchamp en el arte plástico. Y no conocer a Duchamp es como vivir en 1730 y no conocer a Bach. Los músicos llegan a través de una técnica fundamental a abordar el repertorio del siglo XX, pero desde el pasado. Sólo se van acercando al momento en el que viven. Yo me especialicé en música contemporánea tras acabar mis estudios. Y, como yo, la mayoría de los intérpretes que hoy tenemos alrededor de 40 años. La formación de la mayoría es eminentemente clásica. Los profesores de conservatorio son extraordinarios músicos, pero no han desarrollado el repertorio contemporáneo.

P. ¿Y los aficionados?

R. Las instituciones tienen que poner dinero en un proyecto de medio a largo plazo, que va a tener sus frutos dentro de 10 o 15 años. No sólo la música, sino la relación entre todas las disciplinas de creación contemporáneas.

P. ¿ Y cuál puede ser el revulsivo?

R. La especialización en la carrera. Es fundamental.

P. ¿Qué se pierde el público al no escuchar la música contemporánea?

R. Un aspecto fundamental: el nuevo pensamiento del creador contemporaneo, vinculado al momento. Se está perdiendo el sonido de su tiempo. Hoy los compositores y los instrumentistas trabajan con conocimientos matemáticos, cine, danza, nuevas técnologías. Se pierde el resultados de esa fusión, que lo está viendo en otro tipo de manifestación artística como los DJ, que están haciendo un mix de todo, lo mismo Bach que un sonido de máquina. Hay gente muy preparada en ese mundo, aunque otros sean cometas de un solo día.