Crítica:ROCK | Ariel Rot

El maestro en su cátedra

Después de más de veinticinco años de éxitos, grandes grupos, magníficos discos y mucha carretera, resulta indiscutible que el hispanoargentino ex tequila y ex rodríguez posee dignidad profesional de sobra para impartir cátedra sobre rock en castellano. Aprovechando la edición discográfica de material de toda su carrera en formato semiacústico, Ariel se ha embarcado en una gira por teatros en la que su exquisito talento como guitarrista, su capacidad de engarzar canciones de rock como pequeñas joyitas y una voz siempre más que interesante adquieren un relieve puramente artístico ...

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Después de más de veinticinco años de éxitos, grandes grupos, magníficos discos y mucha carretera, resulta indiscutible que el hispanoargentino ex tequila y ex rodríguez posee dignidad profesional de sobra para impartir cátedra sobre rock en castellano. Aprovechando la edición discográfica de material de toda su carrera en formato semiacústico, Ariel se ha embarcado en una gira por teatros en la que su exquisito talento como guitarrista, su capacidad de engarzar canciones de rock como pequeñas joyitas y una voz siempre más que interesante adquieren un relieve puramente artístico que muchas veces el gran escenario y el formato eléctrico esconden en beneficio de otros aspectos.

Rodeado además de un excelente grupo -pese a que, como él mismo explicó, la mala situación para los músicos hace que sea difícil mantener durante toda una gira una banda fija con las suficientes garantías-, Rot mostró en la distancia corta cuál es juego de entrega a una música que, cuando te roba el alma, lo hace de por vida. Canciones de su época rodríguez -Dulce condena, Milonga del marinero y el capitán-, un necesario meddley tequila, temas de su ya larga discografía en solitario -Dos de corazones, Vals de los recuerdos o la agridulce El mundo de ayer-, canciones de Sergio Makaroff -Ovni- o Moris -Bruma en la Castellana-, de Juan Tata Cedrón -Eche 20 centavos en la ranura- y trabajos a medias con Joaquín Sabina -Viridiana- compusieron el viaje musical de esta agradabilísima velada en la que Ariel mostró también ingenio con retranca a la hora de ir introduciendo las canciones, todo ello sin caer en el síndrome Club de la Comedia tan en boga últimamente. Para el público, este concierto fue, en fin, una posibilidad de recibir de otra manera éxitos de siempre y otros momentos musicales menos conocidos, aunque igualmente recomendables. Como el maestro que es, Ariel templó y mandó en un concierto que fue otra delicia más en su carrera.

Ariel Rot

Ariel Rot (voz y guitarra acústica), Osvi Greco (guitarra y coros), Tito Dávila (teclados y coros), Candi Avello (bajo acústico y coros) y Tony Jurado (batería). Teatro Albéniz, 10 y 12. Madrid, sábado 5 de junio.

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