Fiesta argentina

La fiesta será esta vez argentina. Si en 1998 y en 2002 fueron tres los españoles que se clasificaron para las semifinales, antes de que Carlos Moyà y Albert Costa ganaran sus títulos, este año han sido los tenistas argentinos los que han roto las ataduras de su historia y han marcado un nuevo récord en Roland Garros: David Nalbandian, Gastón Gaudio y Guillermo Coria copan tres plazas en semifinales; la última es para el sorprendente británico Tim Henman.

Hasta ahora, en una sola ocasión, en 1982, dos argentinos habían llegado a semifinales. Lo habían logrado dos jugadores que marcaron ...

La fiesta será esta vez argentina. Si en 1998 y en 2002 fueron tres los españoles que se clasificaron para las semifinales, antes de que Carlos Moyà y Albert Costa ganaran sus títulos, este año han sido los tenistas argentinos los que han roto las ataduras de su historia y han marcado un nuevo récord en Roland Garros: David Nalbandian, Gastón Gaudio y Guillermo Coria copan tres plazas en semifinales; la última es para el sorprendente británico Tim Henman.

Hasta ahora, en una sola ocasión, en 1982, dos argentinos habían llegado a semifinales. Lo habían logrado dos jugadores que marcaron una larga etapa del tenis de su país: José Luis Clerc y Guillermo Vilas. Pero aquel año el título se lo llevó el sueco Mats Wilander. Vilas había ganado en París en 1977 , en la única de las tres finales parisinas que ganó. Su palmarés está adornado, además, con dos abiertos de Australia (1978 y 1979) y un Open de EE UU (1977). Desde entonces, ningún otro jugador de esta nacionalidad -sólo Gabriela Sabatini en el apartado femenino- había accedido a otra final masculina del Grand Slam, hasta que, de forma absolutamente sorprendente, David Nalbandian alcanzó la de Wimbledon en 2002.

Ayer, sin embargo, el tenis argentino rompió sus cadenas y se aseguró, al menos, un finalista en Roland Garros. Gastón Gaudio, que se convertiría en el tercero top-ten de su país si gana el título, traspasó su propio listón al superar al australiano Lleyton Hewitt y entrar por primera vez en unas semifinales del Grand Slam. Jugará contra David Nalbandian, que dejó fuera del torneo al ídolo de los aficionados y triple campeón, el brasileño Gustavo Kuerten. En la otra semifinal se enfrentarán Henman y Coria, que ya el martes había eliminado a Carlos Moyà. "Es evidente que puede suceder todo", explicó ayer Nalbandián. "Pero me sorprendería mucho que el título se lo llevara Henman. Debería jugar a un altísimo nivel para ganarle primero a Guille

y luego a mí o a Gaudio".

La situación que acaba de producirse en París no es producto de la casualidad. Hace ya algunos años que el tenis argentino está produciendo grandes jugadores, que se han agrupado y han ido creciendo con unos medios ínfimos y penurias económicas en la mayoría de los casos. Allí se ha producido un caso similar al español, en que la coincidencia de un grupo importante de jugadores en una misma época, ha posibilitado un crecimiento de la calidad. Aunque existen distintos grupos, muchos de ellos entrenan en Buenos Aires entre sí y son dirigidos por técnicos que se llevan relativamente bien. Eso no impide que, tal como ocurrió en Barcelona, Gaudio y Nalbandián llegaran incluso a las manos en una discusión sobre el futuro capitán de su equipo de Copa Davis.

Ayer, sin embargo, todos asumieron que las aguas bajan calmadas y que, al menos, no son enemigos. En una muestra de humildad y reconocimiento, Gaudio, cuyo mejor título es el Trofeo Godó (2002) indicó: "Las auténticas estrellas argentinas son Nalbandian y Coria. Ellos son el Real Madrid, y los demás, incluyéndome a mí, somos el Valencia".

El pleno de Argentina se completa este año con la presencia de Paola Suárez en las semifinales femeninas, que se disputarán hoy. A sus 27 años, Suárez alcanza por primera vez esta ronda en un Grand Slam, donde ha ganado cinco títulos de dobles junto a la española Virginia Ruano. Jugará ante la rusa Elena Dementieva, con la que ha perdido dos veces en tres enfrentamientos.