Foo Fighters enciende el festival Rock in Rio

Un total de 155.000 espectadores, de los 300.000 previstos, acuden el primer fin de semana

Al tercer día, el rock aterrizó, por fin, en el mayor festival de música del mundo. Rock in Rio Lisboa recibió, en la noche del domingo, a unas 55.300 personas para oír al nuevo fenómeno mundial de ventas, Evanescence, y después, Foo Fighters, de Dave Grohl, el ex batería de Nirvana. El nombre de los primeros atrajo al público, pero fueron los segundos quienes incendiaron el Parque da Belavista de la capital portuguesa. En una impresionante manifestación de energía, el grupo estadounidense contagió con su música potente y agresiva a miles de personas que, por primera vez, hicieron levantar una...

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Al tercer día, el rock aterrizó, por fin, en el mayor festival de música del mundo. Rock in Rio Lisboa recibió, en la noche del domingo, a unas 55.300 personas para oír al nuevo fenómeno mundial de ventas, Evanescence, y después, Foo Fighters, de Dave Grohl, el ex batería de Nirvana. El nombre de los primeros atrajo al público, pero fueron los segundos quienes incendiaron el Parque da Belavista de la capital portuguesa. En una impresionante manifestación de energía, el grupo estadounidense contagió con su música potente y agresiva a miles de personas que, por primera vez, hicieron levantar una nube de polvo delante del escenario principal del festival.

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Tras 10 años de actividad, Foo Fighters anunció que en 2004 se mantendría fuera de actividad y no darían conciertos. Pero los músicos no resistieron la invitación de Rock in Rio y el domingo realizaron en Lisboa su única actuación del año. Y sacaron toda la energía acumulada. Empezaron con el tema All my life e inmediatamente contagiaron su entusiasmo. Durante 90 minutos no aflojaron ni un momento. Grohl y el batería Taylor Hawkins se hicieron con el público, que se dejó llevar por la forma en que los dos músicos exprimían las potencialidades de las guitarras, de la batería y de la voz.

Los temas se sucedían sin pausa. Sólo más de media hora después de empezar el concierto la música paró, porque Dave Grohl quería hablar con el público. Y arrasó. Llamó "good shit" a Paul McCartney, que inauguró el festival el viernes, y dirigió después su ironía hacia Guns'n' Roses. Foo Fighters llegó a Rock in Rio para sustituir al grupo de Axel Rose, que hace unos meses suspendió inesperadamente la gira que tenía prevista para este verano en Europa.

"Dedico la próxima música a Guns'n' Roses", dijo Grohl. Empezó a tocar Sweet child of mine, pero desistió: "¡No puedo tocar esto!". Escupió y añadió: "Muchas gracias a Guns'n' Roses por no venir y dejarnos tocar a nosotros en Rock in Rio".

El público estaba definitivamente rendido y no volvió a parar hasta el final del concierto, cuando ya pasaban las dos de la madrugada. No faltaron los grandes éxitos de la banda -Learn to fly, Times like these, Monkeywrench-, pero también hubo temas nuevos, como Stacked actors.

En parte, Evanescence fueron los grandes responsables del triunfo de Foo Fighters. La banda de Amy Lee logró la sorprendente hazaña de reunir la mayor -y más joven- audiencia de Rock in Rio Lisboa hasta ese momento, para regalarles un concierto sin historia. Lee cantó mal y llegó al final del concierto casi sin voz. Ni siquiera volvió al escenario para cantar dos temas previstos inicialmente.

Con la actuación de Foo Fighters terminó el primer fin de semana de Rock in Rio. Unas 155.000 personas estuvieron en el Parque da Belavista de Lisboa durante los primeros tres días de festival, bastantes menos que las 300.000 inicialmente previstas. Pero la organización hace un balance positivo, y destaca que el público aumentó cada día y que, el próximo domingo, con los conciertos de Alejandro Sanz y Sting, la Ciudad del Rock logrará las 100.000 personas. Por otra parte, los organizadores reconocen que las estimaciones eran ambiciosas, pero aseguran que conseguir unos 380.000 asistentes en el total de los seis días será todo un éxito, tanto en términos comerciales como de público, porque seguirá siendo el mayor evento de música del mundo, sólo superado por las tres ediciones anteriores de Rock in Rio en Brasil.

El festival ha supuesto una inversión de 25 millones de euros y tiene como objetivo "exportar la marca Rock in Rio", según Roberto Medina, empresario y mentor del evento. Medina destaca que Rock in Rio es mucho más que un festival de música, es un espacio de celebración, que pretende reunir a un publico masivo, de distintos estilos y edades.

En el Parque da Belavista de Lisboa hay tres escenarios para conciertos, una carpa dedicada a la solidaridad, espacios para deportes radicales, un centro comercial y varios puntos de ocio. Según informaba ayer Efe, las entradas para los conciertos del festival han sido más baratas en la reventa que en taquilla. Su precio oficial de 53 euros bajó a la mitad en la jornada inaugural y lo mismo pasa en las ofertas a través de Internet para el próximo fin de semana.

Dave Grohl, líder de la banda de rock Foo Fighters, durante su actuación en el festival Rock in Rio en Lisboa.AP
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