Reportaje:

"Estoy deseando fichar por el Chelsea"

Los hinchas del Oporto critican a Mourinho por irse de vacaciones a Brasil sin siquiera festejar con ellos el título europeo en el aeropuerto

José Mourinho dio el miércoles por la noche una alegría a los hinchas del Oporto: el triunfo en la Liga de Campeones, el quinto título en dos años -los otros han sido dos Ligas y una Copa portuguesas y una Copa de la UEFA-. De inmediato, eso sí, la ensombreció al confirmar que la final contra el Mónaco ha sido su último partido en el banquillo blanquiazul. Luego, hacia las cinco de la mañana de ayer, ya de regreso al aeropuerto Sa Carneiro, de la ciudad del Duero, terminó por provocar el enojo y las ácidas críticas de los aficionados a su descortesía al no dignarse siquiera a dejarse ver en la...

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José Mourinho dio el miércoles por la noche una alegría a los hinchas del Oporto: el triunfo en la Liga de Campeones, el quinto título en dos años -los otros han sido dos Ligas y una Copa portuguesas y una Copa de la UEFA-. De inmediato, eso sí, la ensombreció al confirmar que la final contra el Mónaco ha sido su último partido en el banquillo blanquiazul. Luego, hacia las cinco de la mañana de ayer, ya de regreso al aeropuerto Sa Carneiro, de la ciudad del Duero, terminó por provocar el enojo y las ácidas críticas de los aficionados a su descortesía al no dignarse siquiera a dejarse ver en la terminal para festejar con ellos -el equipo fue recibido por unos 2.000- el éxito alcanzado en Gelsenkirchen.

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A voz en grito reclamaron los seguidores del Oporto la presencia de Mourinho, pero todo fue inútil. Acompañado de su familia, el técnico prefirió volar de inmediato a Lisboa para enlazar desde la capital lusa con otro avión con destino a Brasil para pasar en ese país las vacaciones veraniegas.

Los jugadores, con el portero Vitor Baia, el capitán, alzando el trofeo, abordaron un autobús descubierto y durante más de media hora fueron vitoreados por sus entusiasmados hinchas con el clásico We are the champions como música de fondo. Después, y seguidos por muchos a pie, se trasladaron hasta el estadio del Dragón, donde otros 6.000 les aclamaron. El gran protagonista de este último acto, que concluyó con fuegos artificiales, fue precisamente Baia, al que sus incondicionales encumbraron al tiempo que reprochaban al seleccionador nacional, el brasileño Luiz Felipe Scolari, que haya prescindido de él para la Eurocopa.

Mientras tanto, Mourinho declaró en Lisboa a la cadena de televisión por cable Sport TV: "Estoy deseando aceptar la oferta del Chelsea". La decisión se tomará, dijo, en los próximos días, ya que él debe desvincularse del Oporto y, a su vez, el club del magnate petrolero ruso Roman Abramovich tiene que despedir al técnico italiano Claudio Ranieri. Aún faltarán entonces las conversaciones directas Oporto-Chelsea, pero Mourinho está seguro de que no habrá ningún problema para su marcha al cuadro londinense.

Tras la victoria sobre el Mónaco, Mourinho ya adelantó su intención de hablar personalmente con el presidente del Oporto y con los miembros de su consejo de administración para hacerles comprender su determinación de cambiar de aires.

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