OPINIÓN DEL LECTOR

Pintada en Pilas

A la salida de mi pueblo, Pilas, se puede leer una pintada que perdura de los tiempos del desastre de Aznalcóllar, que reza "Mineros y Patos, el mismo trato", que alude a un sentimiento generalizado entre la población afectada por el vertido tóxico, de que en la gestión de la catástrofe primó más atender a la fauna que a las personas.

Sin embargo, la situación en Aznalcóllar es ahora totalmente distinta. Buena parte de los mineros mantienen posiciones comparables a las de los ecologistas, reconociendo que lo que los abocó al paro fue la multinacional Boliden y su estrategia de ...

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A la salida de mi pueblo, Pilas, se puede leer una pintada que perdura de los tiempos del desastre de Aznalcóllar, que reza "Mineros y Patos, el mismo trato", que alude a un sentimiento generalizado entre la población afectada por el vertido tóxico, de que en la gestión de la catástrofe primó más atender a la fauna que a las personas.

Sin embargo, la situación en Aznalcóllar es ahora totalmente distinta. Buena parte de los mineros mantienen posiciones comparables a las de los ecologistas, reconociendo que lo que los abocó al paro fue la multinacional Boliden y su estrategia de coge el dinero y corre (dineros que otorgaba la Administración sin control ni garantías), y no los patos de Doñana, que sólo sirvieron de altavoz de la catástrofe. Ahora exigen un Aznalcóllar más sano dónde los trabajadores no tienen que seguir exponiéndose al tráfico de residuos tóxicos, con agua realmente potable y dónde las empresas que se instalen, gracias a las cuantiosas subvenciones públicas, no sean contaminantes.

Algo similar a esa pintada expresan de nuevo los defensores de más carreteras y campos de golf en la comarca de Doñana al grito de "Ni gatos, ni patos", sirviendo de infantería barata a los mismos de Boliden (capital especulativo) que precisan recrear el conflicto entre crecimiento económico y conservación para sacar adelante sus proyectos de "desarrollo sostenible" basados en nuevas urbanizaciones y campos de golf . Estos manifestantes, en su mayoría de buena fe, equivocan de nuevo el objeto de sus críticas que entiendo no debían ser ni patos, ni gatos (linces), ni ecologistas, sino los gestores públicos que han dispuesto de 65.000 millones de pesetas para hacer realidad proyectos de desarrollo comarcal y planes de movilidad realmente sustentables, pero que se han esfumado sin dar alternativas y generando conflictividad social. Se ha perdido así la posibilidad de realizar un adecuado rediseño de carreteras y de establecer una amplia red de servicios de transportes públicos, colectivos y alternativos a lo que se debían haber destinado los fondos del Plan de Desarrollo Sostenible de Doñana, con especial atención a los desplazamientos de carácter laboral intracomarcales.

Espero que la mutación ocurrida en Aznalcóllar llegue pronto a la comarca de Doñana y que seamos sus habitantes, por otro lado los únicos capaces, los que tengamos claro qué queremos legar a nuestros hijos y cómo queremos ser recordados, si por ser la generación que igualó Doñana a la Costa del Sol o la que supo conservar los valores que la hacen única.

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