Ocho duchas para 200 guardias civiles

La asociación afirma que los agentes están hacinados y en condiciones deplorables

La situación en la que se encuentra el Grupo Rural de Seguridad (GRS) de Valdemoro -los antidisturbios de la Guardia Civil- es "pésima". Así lo ha puesto de manifiesto la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en un comunicado. Este colectivo asegura que 200 agentes trabajan hacinados, con sólo ocho duchas -la mayoría, oxidadas- a su disposición y sillas de plástico obsoletas. Además, los vehículos en los que se trasladan se averían continuamente, porque son sometidos a largos viajes. La Guardia Civil no quiso dar su versión sobre la denuncia.

Entrar en la sede de los an...

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La situación en la que se encuentra el Grupo Rural de Seguridad (GRS) de Valdemoro -los antidisturbios de la Guardia Civil- es "pésima". Así lo ha puesto de manifiesto la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en un comunicado. Este colectivo asegura que 200 agentes trabajan hacinados, con sólo ocho duchas -la mayoría, oxidadas- a su disposición y sillas de plástico obsoletas. Además, los vehículos en los que se trasladan se averían continuamente, porque son sometidos a largos viajes. La Guardia Civil no quiso dar su versión sobre la denuncia.

Entrar en la sede de los antidisturbios de la Guardia Civil con sede en Valdemoro supone retroceder unos treinta años. Las condiciones en las que estos guardias desarrollan su trabajo es parecida a la que había en muchos cuarteles y destacamentos en los años setenta. Y eso pese a ser un cuerpo considerado de élite. De hecho, realiza protecciones a altas personalidades españolas y se encarga de la lucha antiterrorista.

Según denuncia la AUGC, las instalaciones del GRS son "auténticamente miserables". Están ubicadas en una antigua cuadra que, supuestamente, ha sido acondicionada para meter a 200 hombres que trabajan "hacinados". La mayoría de las taquillas están oxidadas y no tienen capacidad para el material de asalto de los guardias.

Los integrantes de esta unidad tienen que conformarse con ocho duchas. Estos agentes se someten a duros entrenamientos y prácticas, con el consiguiente ejercicio físico. Además, los dos calentadores de los que dispone la unidad resultan "insuficientes" para atender a todo el personal. "Muchas veces no existe ni papel higiénico en los baños. La higiene mínimamente exigible tampoco existe", señalan mandos de la AUGC.

La sala de retén, donde permanecen los agentes que están de guardia a la espera de cualquier salida, sólo consta de 10 sillas de plástico, que además son viejas. En más de una ocasión, los agentes de retén han tenido que meterse en sus coches a dormir por las noches o han pasado la noche encima de las mesas de las aulas, ya que en los descansos entre jornadas laborales no se les permitía acudir a sus domicilios. Uno de estos casos se produjo cuando el Real Madrid ganó la novena Copa de Europa y se celebraba en Madrid la Cumbre de Países Iberoamericanos.

El gimnasio es muy reducido, además de estar equipado con máquinas muy antiguas y en mal estado, según la Asociación de Guardias Civiles. Además, existe "un bar ilegal" montado dentro de las instalaciones, que está atendido por tres guardias civiles cuya única función es estar tras la barra. "O sea, con la falta de personal que tenemos, hay que aguantar esta situación. Además, ¿adónde va el dinero que se recauda?", se preguntan responsables de la AUGC.

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La flota de vehículos es otra de las denuncias de esta asociación. Los vehículos están muy viejos y, poco a poco, se van sustituyendo por Nissan Patrol GR. Pero estos todoterrenos se los quedan directamente los jefes del grupo. "Hace menos de un año que hubo un accidente con un Patrol en una finca de Toledo, mientras se hacía un servicio de protección al presidente del Gobierno, ya que el vehículo sufría graves problemas en su estabilidad. El vehículo volcó y sus tres ocupantes se lesionaron. La reacción de los mandos fue sancionar al conductor", explican los mandos de la AUGC.

El aspecto de los agentes también deja "bastante que desear": muchos guardias tienen que utilizar los uniformes que les dieron en la academia, lo que quiere decir que superan los 10 años de antigüedad. De hecho, los mandos ya les comunicaron el pasado mes de octubre que la Guardia Civil carece de presupuesto para comprar, por ejemplo, camisas blancas. Los agentes se han visto obligados a efectuar prácticas de rapel sin cascos de seguridad, al carecer de ellos, y a utilizar cuerdas muy gastadas, cuyo uso está totalmente desaconsejado por el riesgo de que se produzca una desgracia.

Favoritismo

Las condiciones laborales son otra piedra de toque. Según la AUGC, en la agrupación existe favoritismo hacia algunos guardias para ir destinados a concentraciones nacionales y extranjeras, lo que supone "un fuerte empujón económico" hacia esos guardias en detrimento de otros igualmente preparados.

A veces, incluso, se ha dicho por parte de los mandos que no había personal suficiente para acudir a servicios como el transporte de moneda (exclusivo de la Guardia Civil) o recepción de autoridades en el aeropuerto de Barajas, cuando se estaban ejecutando desfiles o ensayos de éstos en la unidad. "Algunos mandos muestran un comportamiento totalmente caciquil hacia sus subordinados. Además, siempre se nos prometen mejoras por parte del coronel jefe de la agrupación y éstas no se ven por ningún lado", concluyen desde la asociación AUGC.

Este periódico intentó recabar, sin éxito, la versión de la Dirección General de la Guardia Civil.

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