El Palacio Real cierra sus puertas hasta la boda del Príncipe
El Palacio Real cerró ayer sus puertas a las 18.30 hasta que se celebre la boda del príncipe Felipe con Letizia Ortiz Rocasolano, prevista para el día 22 de mayo. Patrimonio Nacional, que gestiona la conservación de este palacio, realizará durante estos días, en colaboración con la Casa del Rey, todas las obras de acondicionamiento necesarias para albergar a los 1.400 invitados que asistirán al almuerzo posterior al enlace.
En el patio central del palacio, conocido como Patio del Príncipe, ha comenzado a ser instalada una gran carpa translúcida que se convertirá en un gran salón en el q...
El Palacio Real cerró ayer sus puertas a las 18.30 hasta que se celebre la boda del príncipe Felipe con Letizia Ortiz Rocasolano, prevista para el día 22 de mayo. Patrimonio Nacional, que gestiona la conservación de este palacio, realizará durante estos días, en colaboración con la Casa del Rey, todas las obras de acondicionamiento necesarias para albergar a los 1.400 invitados que asistirán al almuerzo posterior al enlace.
En el patio central del palacio, conocido como Patio del Príncipe, ha comenzado a ser instalada una gran carpa translúcida que se convertirá en un gran salón en el que será servido el almuerzo por el restaurante Jockey y antes el aperitivo que preparará el restaurante Arturo.
Desde el Palacio Real saldrá el día 22 don Felipe acompañado de su madre y madrina, la reina Sofía, para dirigirse a pie a la catedral de la Almudena. Allí esperará a Letizia Ortiz, que también se vestirá de novia en una de las dependencias del Palacio Real. La novia irá del brazo de su padre y padrino, Jesús Ortiz.
La catedral de la Almudena también estará cerrada hasta el día de la boda. Ayer, en el templo se apuntó como fecha prevista para su clausura al público el día 17, ya que será necesario acondicionar la nave para acoger a los 1.400 invitados. También Televisión Española, que se encargará de la retransmisión de la boda, debe instalar sus cámaras.
El templo se decorará con flores blancas y con numerosos tapices antiguos, propiedad de Patrimonio Nacional. Es costumbre de la Reina supervisar estas decoraciones, como hizo ya en las bodas de las infantas Elena y Cristina, celebradas en Sevilla y Barcelona, respectivamente.