Reportaje:

Eskoriatza contra la A-1

La localidad guipuzcoana critica el impacto de la autopista Eibar-Vitoria

Pedro Lasagabaster terminó de estudiar Biología con 23 años y, en vez de buscar empleo en este campo, decidió recoger el testigo familiar y continuar con la explotación ganadera de sus mayores en la localidad guipuzcoana de Eskoria-tza. Pensó que merecía la pena conservar "la cultura y el paisaje del país". Ahora, una década después, su modo de vida y el de su pareja corre el peligro de desaparecer debido al futuro paso de la autopista Eibar-Vitoria (A-1) por su parcela.

No es el único perjudicado. Según el proyecto del Departamento foral de Infraestructuras Viarias, la ejecución del tr...

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Pedro Lasagabaster terminó de estudiar Biología con 23 años y, en vez de buscar empleo en este campo, decidió recoger el testigo familiar y continuar con la explotación ganadera de sus mayores en la localidad guipuzcoana de Eskoria-tza. Pensó que merecía la pena conservar "la cultura y el paisaje del país". Ahora, una década después, su modo de vida y el de su pareja corre el peligro de desaparecer debido al futuro paso de la autopista Eibar-Vitoria (A-1) por su parcela.

No es el único perjudicado. Según el proyecto del Departamento foral de Infraestructuras Viarias, la ejecución del tramo de 7,5 kilómetros Eskoria-tza-Arlaban dañará otras cuatro explotaciones agroganaderas del municipio, hará desaparecer caseríos, inundará de ruido las aulas del complejo educativo Luis Eceiza y varios barrios, y romperá el paisaje. Las obras, con un coste de 250 millones de euros, comenzarán a finales de este ejercicio y durarán tres años. Los casi 4.000 habitantes de Eskoriatza, situado a 80 kilómetros de San Sebastián y muy cerca de Álava, están muy molestos con la Diputación.

No dan la espalda a una autopista que mejorará las precarias comunicaciones de la zona, en la que se ubica un buen número de empresas unidas por el sello de MCC. Pero sí reniegan de un proyecto de construcción que, según aseguran, introduce modificaciones sustanciales respecto al proyecto de trazado, que en su día fue sometido al análisis de impacto ambiental, por lo que las afecciones del nuevo vial son mayores que las previstas en el diseño inicial, que ya alegaron sin éxito.

Impacto ambiental

Ante esta situación, el Ayuntamiento, gobernado por PNV-EA, y la agrupación de afectados creada, en la que está representado el propio consistorio, han pedido un nuevo estudio de impacto ambiental a la institución foral. Ésta se ha negado. Argumenta que el actual informe incluye "las medidas correctoras".

Han solicitado también más tiempo para completar las alegaciones al proyecto que entregaron el pasado lunes, cuando acababa el plazo de dos meses, con Semana Santa de por medio, para depositar sus aportaciones. La Diputación, que afirma que tendrá en cuenta las sugerencias, se comprometió ese día a darles medio mes más. Pero los afectados consideran que este periodo es insufiente para terminar de elaborar la documentación técnica oportuna que justifique sus pretensiones, entre las que figuran el cambio de ubicación de un peaje, la mejora de los pasos transversales o la revisión de los puntos donde se van a instalar las escombreras.

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"Todo esto es viable", subraya Lasagabaster entre la impotencia y la indignación. "Han hecho el proyecto sin tener en cuenta nuestro conocimiento centenario del terreno", dice, no sin destacar la contradicción que supone que la Diputación, por un lado, subvenciona a los jóvenes agroganaderos y, por otro, les "destroza" su futuro.