Reportaje:

Manitas sin complejos

Los cursos de supervivencia doméstica en Sierra Mágina combaten los estereotipos que identifican a hombres y mujeres

Isabel Benítez, de 48 años, casada y con dos hijos, ya no tendrá que estar detrás de su marido para que le arregle un enchufe, el grifo que no para de gotear o, simplemente, cambiar la rueda del coche. Durante toda esta semana participa en Jódar (Jaén), junto a otra veintena de mujeres, en un curso de supervivencia doméstica en el que los talleres que se imparten abarcan materias tradicionalmente atribuidas al hombre. Se trata de una idea de la Asociación de Desarrollo Rural de Sierra Mágina que se complementa con otros cursos dirigidos a hombres, aunque en este caso se busca romper con los ro...

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Isabel Benítez, de 48 años, casada y con dos hijos, ya no tendrá que estar detrás de su marido para que le arregle un enchufe, el grifo que no para de gotear o, simplemente, cambiar la rueda del coche. Durante toda esta semana participa en Jódar (Jaén), junto a otra veintena de mujeres, en un curso de supervivencia doméstica en el que los talleres que se imparten abarcan materias tradicionalmente atribuidas al hombre. Se trata de una idea de la Asociación de Desarrollo Rural de Sierra Mágina que se complementa con otros cursos dirigidos a hombres, aunque en este caso se busca romper con los roles que aún hoy, y más aún en el medio rural, se asocian a los varones.

Así, los talleres inciden en la cocina y la dietética, limpieza, lavado, planchado, costura y cuidados familiares. La iniciativa, financiada con fondos comunitarios del programa Leader, está teniendo tal éxito que ya se han inscrito cerca de 300 personas en varios pueblos de la comarca. Ahora, mientras los dos hijos de Isabel estudian en la Universidad, ella asiste al taller de supervivencia doméstica. Ayer aprendió a elaborar una alargadera, pero en los próximos días deberá enfrentarse a la fontanería, la mecánica o, lo que más respeto le impone, el taladro. "Son cosas muy útiles que no tienen por qué estar asociadas al hombre y a la mujer", señalaba Isabel tras su primera clase.

En cambio Antonia Mengíbar cree que será cambiar una rueda lo que entrañará más dificultad. Antonia tiene una academia de informática en Jódar y se ha inscrito en el curso por ganas de ampliar sus conocimientos. "Mi marido es un manitas, pero las cosas de la casa les cuesta hacerlas", decía.

Oliva López, coordinadora del área de igualdad de la asociación de Sierra Mágina, admite que será difícil que los alumnos salgan expertos en alguna materia ya que se abordan cosas muy básicas. Sin embargo, subraya que se da por satisfecha por el hecho de que se estén removiendo las conciencias y creando debates en las familias: "El objetivo principal es sensibilizar de que las tareas de la casa es algo que corresponde por igual a hombres y mujeres, y que los hijos vean comportamientos igualitarios en el hogar".

Con todo, los hombres son más reacios a apuntarse a estos cursos. Sin ir más lejos, en el celebrado la semana pasada en Cambil, casi fueron más los huevos que se estropearon que los que se aprovecharon para aprender a hacer una tortilla o un huevo frito. El área de igualdad de Mágina ha cuidado mucho que los cursos dirigidos a mujeres los impartan mujeres y los de hombres, monitores varones.

Purificación García, es delineante y especialista en restauración, y ahora es la manitas que sirve de referencia a sus alumnas. Ella destaca especialmente la experiencia del curso celebrado hace unas semanas en Noalejo, al que asistieron mujeres de más de 60 años en su mayoría. "Lloraban al recoger el diploma, porque era la primera vez que tenían uno en sus manos", recordaba, resaltando como momentos más llamativos el cambio de la rueda de un coche por ancianas "que no tenían reparo alguno en tirarse al suelo". La monitora asegura que son los cuadros de mandos eléctricos los que más dificultad entrañan para las mujeres. "De todas maneras, lo que más valoramos es la voluntad y las ganas de aprender que ponen y, sobre todo, el hecho de que lo hagan sin ningún prejuicio social", remarca Purificación.

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