Reportaje:

Historias de ida y vuelta

Un libro y una exposición muestran en Almería vivencias de emigrantes e inmigrantes

"Papá tuvo que malvenderlo todo, incluida su fábrica de calzado y, viendo cómo se desmoronaba toda su vida, para salvar a su familia, la dividió en dos grupos. En el primero partió él con siete hijos, incluida yo, el 20 de enero de 1951. Salimos de Salamanca, fuimos a Barcelona y de allí a Marsella, donde por fin embarcamos rumbo a Argentina, en un momento muy floreciente y de mucho trabajo. Viajamos durante 20 días, muy precariamente, en el barco Campana. Ése fue su último viaje dado su mal estado". Así arranca Andrea Iglesias Posse, de 60 años, su texto para desgranar los años más imp...

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"Papá tuvo que malvenderlo todo, incluida su fábrica de calzado y, viendo cómo se desmoronaba toda su vida, para salvar a su familia, la dividió en dos grupos. En el primero partió él con siete hijos, incluida yo, el 20 de enero de 1951. Salimos de Salamanca, fuimos a Barcelona y de allí a Marsella, donde por fin embarcamos rumbo a Argentina, en un momento muy floreciente y de mucho trabajo. Viajamos durante 20 días, muy precariamente, en el barco Campana. Ése fue su último viaje dado su mal estado". Así arranca Andrea Iglesias Posse, de 60 años, su texto para desgranar los años más importantes de su vida. Su historia, junto a 16 relatos más, forman parte del libro Historias de la emigración a la inmigración, editado por la Diputación de Almería.

Andrea, junto a Carmen Beiro, José Guillermo Giménez, Marie Louise Romera, María Dolores Parra, Josefina Trabalón, Luis Ramírez Díaz y Mercedes Martínez Ujaldón han aportado al libro las historias de la emigración. Ellos son los protagonistas y los testigos de un tiempo difícil que ahora les ha tocado vivir a otros como a Elkin Octavio Giraldo, Orlando Coré, Luz Elena Ocampo, Marina Borzenkova, Mario Augusto Vásquez, Touria Souidi, Habiba Kaoui, Marina Gerassimova y David Fernando Canelos, encargados de describir sus historias como inmigrantes en Almería.

Son relatos donde la ficción no tiene cabida y la realidad supera con creces el dolor imaginado. Al menos ocurre al leer párrafos del diario de la rusa Marina Borzenkova. "Nos ha traído del aeropuerto un hombre que parecía borracho (dicen que está drogado) a una casa de dos plantas. Dicen que dormiremos las dos en la misma cama (hay 15 chichas y sólo seis camas). Vienen otras chicas. Todas son rusas. Están borrachas, hablan mal, se comportan de una manera muy extraña (...)", relata Marina el día de su llegada a Almería.

El proyecto diseñado por la Unidad de Inmigración del Área de Servicios Sociales se completa además con la exposición Fotografías de la emigración a la inmigración, con 40 imágenes de enorme carga histórica y emocional que permanecerán en el patio de luces de la Diputación hasta el 29 de mayo. Son imágenes de emigración, como la aportada por Andrea Iglesias Posse y titulada Despedida de Salamanca; pero también de inmigración, como la cedida por David Fernando Canelos bajo el título Sólo se quedan los hijos y en la que se ve a un niño preparando la comida mientras sus padres llegan del trabajo. Las dos instantáneas han merecido el primer premio Premio Nacional de Fotografía Carlos Pérez Siquier.

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