Los viejos marcianitos

Coincidiendo con su 25 aniversario, Taito ha lanzado un tributo al popular juego de los marcianitos, cuyo nombre real es Space Invaders. Los poseedores de una PlayStation 2 pueden jugar con este disco en 10 versiones históricas en las que hay que salvar al planeta de una invasión extraterrestre con la ayuda de un lento y exasperante láser, desplazando un cañón de punta a punta de la pantalla bajo la protección de cuatro barreras. En cualquiera de sus interpretaciones sigue siendo divertido, y eso que los gráficos, el planteamiento y el sonido son de lo más básico después de Pong. Sin em...

Coincidiendo con su 25 aniversario, Taito ha lanzado un tributo al popular juego de los marcianitos, cuyo nombre real es Space Invaders. Los poseedores de una PlayStation 2 pueden jugar con este disco en 10 versiones históricas en las que hay que salvar al planeta de una invasión extraterrestre con la ayuda de un lento y exasperante láser, desplazando un cañón de punta a punta de la pantalla bajo la protección de cuatro barreras. En cualquiera de sus interpretaciones sigue siendo divertido, y eso que los gráficos, el planteamiento y el sonido son de lo más básico después de Pong. Sin embargo, acabar con la primera tanda de marcianitos no es nada fácil y aún hoy, 25 años después, representa un reto en sí.

Para acceder a todas las versiones se sitúa al jugador en un salón recreativo virtual donde aparecen representaciones de cada uno de los muebles de la máquina original. Basta seleccionar uno, acercarse e introducir una moneda para empezar la partida. Aquí no hay problemas con las monedas a diferencia de lo que sucedió en Japón en 1978, donde el Gobierno tuvo que cuadriplicar la producción de piezas de 100 yenes, las que se usaban para poder jugar a Space Invaders, debido a la popularidad del nuevo entretenimiento.

De todas las posibilidades, llama la atención la versión con celofán. Debido a que el juego era en blanco y negro, se ponían unas tiras de color de papel celofán dispuestas horizontalmente sobre la pantalla que daban más vistosidad a los invasores.

Taito ha planteado este disco como un homenaje y por ello lo lanzó en Japón al precio casi simbólico de 1.580 yenes, unos 11 euros. En Europa, a pesar de costar la mitad que una novedad, 25 euros, es un coste elevado para un título que podría ejecutarse en un móvil de primera generación y del que hay decenas de clónicos gratuitos en Internet. Eso sí, el de PlayStation 2 es, tanto en gráficos como en sonido, idéntico al original.