El militar populista

El Presidente de la Liga portuguesa de fútbol, Valentim Loureiro, es una persona con presencia asidua en los medios de comunicación del país por sus innumerables cargos, pero principalmente por su estilo muy peculiar. Nacido en 1938 en una familia de campesinos del interior del país, Valentim Loureiro hizo carrera en el Ejército, hasta llegar a comandante, título que sigue utilizando.

El comandante no ha ignorado nunca su estilo militar, sobre todo en la forma autoritaria de hablar con la mayoría de las personas. Loureiro abandonó la vida militar en 1967 para ser empresario en distintos...

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El Presidente de la Liga portuguesa de fútbol, Valentim Loureiro, es una persona con presencia asidua en los medios de comunicación del país por sus innumerables cargos, pero principalmente por su estilo muy peculiar. Nacido en 1938 en una familia de campesinos del interior del país, Valentim Loureiro hizo carrera en el Ejército, hasta llegar a comandante, título que sigue utilizando.

El comandante no ha ignorado nunca su estilo militar, sobre todo en la forma autoritaria de hablar con la mayoría de las personas. Loureiro abandonó la vida militar en 1967 para ser empresario en distintos sectores.

Su relación con el mundo del fútbol se inició en 1968, cuando alcanzó por primera vez la dirección del Boavista, el segundo club de Oporto. En 1987 llegó a presidente y sólo abandonó el puesto en 1996, para transferirlo a su hijo, João Loureiro.

Antes, en 1994, se presentó a las elecciones para la alcaldía de Gondomar, una ciudad en las afueras de Oporto. Ganó tranquilamente, tras dedicarse a regalar electrodomésticos a los electores durante la campaña electoral. Se mantiene en el cargo, con el apoyo del Partido Social Demócrata, actualmente en el poder. Es también líder de la delegación de su partido en Oporto.

La vida de Valentim Loureiro ha estado constantemente en el medio de polémicas. Su discurso populista y autoritario provoca la ira de muchos políticos, columnistas de la prensa y dirigentes deportivos, que le señalan como uno de los peores ejemplos del ejercicio del poder local, con demasiados intereses e influencias en varios dominios de la vida política y económica. A esto se suma la relación con el mundo del fútbol.

Otro detalle que dice mucho de Valentim Loureiro era su amistad con Nino Vieira, el sangriento dictador de Guinea-Bissau. Loureiro fue el cónsul de Bissau en Portugal entre 1982 y 1998, cuando un golpe de Estado echó al dictador africano del poder.

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