Bancos y fondos de pensiones, al final del túnel

¿Qué futuro tiene Eurotunnel? La nueva dirección dice querer renegociar la deuda, reclamar inversión pública, reducir costes y aumentar ingresos.

Sobre el primer punto, conviene no olvidar que la sociedad tiene que empezar a reembolsar el capital prestado a partir de 2006. Sobre el segundo, que los Gobiernos de Londres y París se han apresurado a recordar que "no hay dinero público para un negocio privado". Los costes sólo pueden recortarse a base de reducir el tren de vida de los dirigentes -y hay ahí bastante que ganar- y reduciendo la plantilla, algo que Maillot dice ni tan sólo cont...

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¿Qué futuro tiene Eurotunnel? La nueva dirección dice querer renegociar la deuda, reclamar inversión pública, reducir costes y aumentar ingresos.

Sobre el primer punto, conviene no olvidar que la sociedad tiene que empezar a reembolsar el capital prestado a partir de 2006. Sobre el segundo, que los Gobiernos de Londres y París se han apresurado a recordar que "no hay dinero público para un negocio privado". Los costes sólo pueden recortarse a base de reducir el tren de vida de los dirigentes -y hay ahí bastante que ganar- y reduciendo la plantilla, algo que Maillot dice ni tan sólo contemplar. Respecto a los ingresos, una política comercial más agresiva puede aumentar la demanda del público pero el túnel depende de Eurostar, de la SNCF, de la RTF (sociedad que explota la vía férrea) y nadie ahí está dispuesto a aceptar chantajes al alza de una sociedad que saben, no con el agua al cuello, sino más atrapada aún, incapaz de afrontar los intereses de una deuda que nunca podrá reembolsar.

El caso Eurotunnel se ha producido en un contexto de irritación contra los grandes directivos. Hay al respecto gran curiosidad por ver cómo se desarrolla la próxima asamblea general de Alcatel, un grupo que declara haber perdido 1.900 millones de euros el 2003, pero cuyo PDG, Serge Tchuruk, cobra 1,5 millones al año, 770.000 de prima y tiene derecho a 3,7 millones en stock options. Las remuneraciones de Jean Marie Messier a cambio de arruinar Vivendi han sido la gota que ha hecho rebosar el vaso: los pequeños accionistas no admiten seguir pagando cifras astronómicas a ejecutivos que se enriquecen sea cual sea el resultado de su gestión.

Eurotunnel parece destinada a acabar en manos de los bancos acreedores y de los fondos de pensiones. Sólo la capacidad para convertir la crisis financiera en conflicto político, sólo el hecho de lograr un reconocimiento de "obra pública" para el túnel puede salvar a la nueva dirección.

Pero como recuerda Colette Neuville, una abogada especializada en la defensa de los "pequeños accionistas" que no ha querido intervenir en el embrollo de Eurotunnel, "los accionistas no se han planteado correctamente la situación, pues se han sumado a una alternativa fundada exclusivamente en la renegociación de la deuda cuando la nueva dirección no tiene ningún medio para hacer presión sobre los acreedores. No veo viabilidad al plan del equipo Maillot, máxime cuando sobrevive con la espada de Damocles que es su dependencia de los votos de Miguet".

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