Condenado a 11 años por agredir sexualmente a varias estudiantes de la Autónoma
La Audiencia de Barcelona ha condenado a 11,5 años de prisión al denominado violador de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) por haber agredido sexualmente a cuatro estudiantes de esa universidad barcelonesa, a tres de ellas en grado de tentativa, entre el 18 de junio y el 11 de noviembre de 2002.
En la sentencia, la sección tercera de la Audiencia Provincial de Barcelona condena a Rafael C. R. a los citados 11,5 años frente a los 22 años y 10 meses que solicitaba la fiscalía, al considerar que "deben imponerse las penas en grado mínimo en atención al déficit intelectual del acusa...
La Audiencia de Barcelona ha condenado a 11,5 años de prisión al denominado violador de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) por haber agredido sexualmente a cuatro estudiantes de esa universidad barcelonesa, a tres de ellas en grado de tentativa, entre el 18 de junio y el 11 de noviembre de 2002.
En la sentencia, la sección tercera de la Audiencia Provincial de Barcelona condena a Rafael C. R. a los citados 11,5 años frente a los 22 años y 10 meses que solicitaba la fiscalía, al considerar que "deben imponerse las penas en grado mínimo en atención al déficit intelectual del acusado".
Además, la sentencia condena al hombre, de 55 años, a pagar 55.000 euros en concepto de indemnización a las cuatro estudiantes agredidas, a las que amenazó con una navaja cuando se dirigían a la estación de tren de la UAB para regresar a su casa una vez terminadas las clases.
En la sentencia, la Audiencia recuerda que todos los peritos que examinaron al procesado coincidieron en que "presenta un déficit de inteligencia, con un índice de 68", aunque algunos de ellos apuntaron que no se le podía considerar débil mental profundo porque había desarrollado "una vida familiar, social y laboral normal" y tiene "recursos suficientes para desenvolverse en la vida".
De acuerdo con la sentencia, el violador logró consumar sólo la primera de las agresiones sexuales, al conseguir que la víctima lo masturbara amenazándola con una navaja. En los otros dos casos la agresión sexual fue en grado de tentativa, ya que las estudiantes lograron escapar de su asaltante, mientras que la cuarta víctima sufrió un intento de violación, aunque el agresor eyaculó antes de la penetración.
En el juicio, Rafael C. R. negó los hechos, pese a que lo incriminaban los restos de semen que dejó en la ropa de una de las víctimas, y que mediante la correspondiente prueba de ADN se comprobó que correspondían al procesado.