"Tenemos un deber de memoria permanente con las víctimas"

Defensor de la paz y de la Declaración Universisal de Derechos humanos de Naciones Unidas hasta casi la obsesión, Federico Mayor Zaragoza (Barcelona, 1934) vuelve ahora, a raíz del atentado en Madrid del 11-M, a insistir con más contundencia en las afirmaciones que realizó tras el ocurrido en Nueva York el 11-S: "No se puede dejar pasar más tiempo. Hace falta una autoridad efectiva a escala mundial de Naciones Unidas. Hay que tomar una decisión urgente para que no haya más violencia".

Preside la Fundación Cultura de Paz y fue director general de la Organización de las Naciones Unidas pa...

Defensor de la paz y de la Declaración Universisal de Derechos humanos de Naciones Unidas hasta casi la obsesión, Federico Mayor Zaragoza (Barcelona, 1934) vuelve ahora, a raíz del atentado en Madrid del 11-M, a insistir con más contundencia en las afirmaciones que realizó tras el ocurrido en Nueva York el 11-S: "No se puede dejar pasar más tiempo. Hace falta una autoridad efectiva a escala mundial de Naciones Unidas. Hay que tomar una decisión urgente para que no haya más violencia".

Preside la Fundación Cultura de Paz y fue director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), entre 1987 y 1999. Desde allí peleó (y lo sigue haciendo) por que se garantizara la educación básica y se luchara por el desarrollo en los países más desfavorecidos del mundo, un objetivo que, insiste, es imprescindible para evitar las confrontaciones internacionales. Mayor Zaragoza dice que, tras el 11-M, siente "una terrible conmoción por los actos de barbarie que han truncado vidas que merecían la comprensión y la convivencia pacífica".

"La imagen de masas de personas bajo la lluvia refleja una resolución de actuar por la paz"

Pregunta. Usted que ha abanderado siempre la educación en valores, ¿qué mensaje transmitiría a los jóvenes tras el 11-M?

Respuesta. Que sí es posible cambiar el curso de los acontecimientos , hacer frente a la violencia y el terror, pero que para ello tenemos que elevar la voz en un clamor mundial, y que todos pintamos, que tiene valor la voz de todos.

P. La juventud española ha estado muy conmocionada por el 11-M y ha participado activamente en todas las manifestaciones que se han convocado.

R. Ha habido un clamor impresionante que no debe olvidarse. La imagen de masas de personas bajo la lluvia en toda España el día siguiente del atentado refleja una indignación, una resolución de actuar en favor de la paz. Tenemos un deber de memoria permanente con las víctimas de cualquier procedencia.

P. ¿Qué se debe decir a los niños para evitar un brote de rechazo hacia los inmigrantes procedentes de los países de los asesinos?

R. Que nadie es responsable de sus actos mas que quien los ha cometido y quien los ha impulsado. Y que nunca se puede culpar a una raza, a una religión o a una ideología determinada porque es terriblemente injusto y racista. Es un mensaje que hay que repetir en las escuelas para después ir a las raíces y promover una educación que permita enderezar las tendencias equivocadas. También conviene recordar a los jóvenes que se puede hacer algo a través de los votos, como ocurrió el pasado 14 de marzo.

P. A menudo se conceden poca importancia a las iniciativas de educación para la paz o para la igualdad entre sexos o razas que se promueven en los colegios.

R. Es un momento para ver claramente su significado. Pero la educación para la paz no debe dirigirse sólo a los niños. Los mensajes que deben generar comportamientos son para todas las edades.

P. Tras las muertes del 11-S, las del atentado de Madrid han sido las que más han impactado en los últimos tiempos a los ciudadanos de los países más desarrollados.

R. No hay justificación nunca para la violencia, suceda donde suceda, incluida la violencia de Estado, como la que estamos viendo, por ejemplo, entre Israel y Palestina, donde se toman decisiones sobre asesinatos selectivos. El sentimiento de horror por las víctimas del 11-M es el mismo que por las personas asesinadas en Irak. Todas las vidas valen lo mismo y todas las muertes también. Metiéndose en guerras no es como se puede hacer frente con eficacia a quienes deciden defender sus ideas a través del terror.

P. Dice usted que la ONU debe poder coordinar el esfuerzo colectivo de una auténtica política mundial de desarrollo. ¿Qué hace falta para ello?

R. Entre 6,1 millones de habitantes siempre habrá quienes cometan atrocidades, pero debemos procurar que los transgresores sean rápidamente indentificados y pasen a manos de la justicia. Es decir, hay que establecer un marco ético-jurídico supranacional de unas Naciones Unidas fuertes, con recursos humanos y financiación. Cuando lo tengamos podremos intervenir cuando sea necesario y evitar la vergüenza de acontecimientos como el Madrid, pero también, por ejemplo, lo que está pasando en Ruanda. Entonces tendremos la seguridad de la paz y la justicia y no de la paz del silencio, de la manipulación de la información y de la fuerza.

P. ¿A qué manipulación de la información se refiere?

R. Me refiero a esta última ocasión y a muchas más. La libertad de expresión tiene que ser irrestrictiva. El derecho a ser informado debe cumplirse siempre. La democracia es una manera de llevar la vida del pueblo y de que éste sea escuchado. No se puede tener una autoridad indiscutida, tomar medidas de una participación bélica sin un consenso del pueblo, aunque se tenga mayoría absoluta, porque se está convirtiendo en irrelevante al parlamento y a la oposición. A ver si nos damos cuenta de una vez de que el adagio "si quieres la paz, prepara la guerra" es perverso.