CAMBIO POLÍTICO | Homenaje a las víctimas

Malestar entre las religiones por elegir un rito católico

Hay malestar entre las distintas confesiones religiosas porque el funeral de Estado en memoria de las víctimas del 11-M no es laico sino católico. Y lo sabe el Gobierno en funciones, lo sabe el líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, y el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, porque a los tres se les ha enviado una carta de protesta firmada por los dirigentes protestantes, judíos, musulmanes y adventistas.

Los representantes de estas confesiones acudirán al funeral, así lo decidieron por último, pero no han querido dejar de lamentar su malestar porque este homenaje se ce...

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Hay malestar entre las distintas confesiones religiosas porque el funeral de Estado en memoria de las víctimas del 11-M no es laico sino católico. Y lo sabe el Gobierno en funciones, lo sabe el líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, y el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, porque a los tres se les ha enviado una carta de protesta firmada por los dirigentes protestantes, judíos, musulmanes y adventistas.

Los representantes de estas confesiones acudirán al funeral, así lo decidieron por último, pero no han querido dejar de lamentar su malestar porque este homenaje se celebre en un templo católico "cuando se debería haber buscado un recinto civil, por respeto también a los ateos o agnósticos". Esperan que en el futuro se cumpla "escrupulosamente con los principios contenidos en el artículo 16 de la Constitución: el de no confesionalidad del Estado y el de cooperación con las diferentes confesiones religiosas". Las víctimas profesaban distintas religiones.

El Gobierno ha enviado estos días a las familias las invitaciones para asistir a la misa en la catedral madrileña de la Almudena. Cinco pases para el interior del templo y otros cinco para seguir los oficios desde fuera. Incluyen también dos plazas de aparcamiento. No todo el mundo piensa ir. Dan varios motivos. La familia León simplemente señaló que no les apetecía asistir.

Vender el dolor

La de Rodrigo Cabrero Pérez, sin embargo, no ocultó cierto descontento con la organización de este funeral y ha declinado la invitación. La madre, María Soledad, explicó: "No nos gusta demasiado el planteamiento, no queremos ser un espectáculo, nos parece un poco patético. Invitan a 10 personas por cada víctima, ¿cuántos vamos a ser, dos mil? Es monstruoso y extraño. No estamos destilando odio, y desde luego sabemos que esto es el testimonio de la muerte de nuestro hijo, pero no nos da buena sensación. Es como vender nuestro dolor. Nos dijeron que iba la Reina y muchas autoridades y sí, pero ¿y qué?".

Diego Carrión, hermano de otro fallecido, dijo ayer que sus padres están "dudando" si ir o no. Él no irá. "No me gustan las misas, entiendo que a los religiosos les alivie el dolor pero a mí no me interesan. No me parece que el funeral vaya a ser muy familiar, habrá muchas medidas de seguridad y muchos medios de comunicación".

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Otros consultados simplemente dijeron que acudirían y que habían recibido correctamente los pases. Algunos argumentaron razones políticas y religiosas para no acudir, aunque varios asistirán "por satisfacer al resto de la familia".

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