ÁLVARO CARRIÓN FRANCO / Hoy cumpliría 18 años
Álvaro murió camino del instituto. Hoy era su 18º cumpleaños. Diego, de 24, era su único hermano. Le buscó durante todo el viernes. Él es el autor de la foto que acompaña a estas líneas. Así recordaba a su hermano pequeño: "Era un cacho de pan. Tenía un corazón enorme. Era de esos que, en clase, siempre defienden al chaval con el que todos se meten. El domingo iba a votar por primera vez, le hacía muchísima ilusión. Iba a votar a IU, como yo. Por eliminación. Yo le explicaba las cosas. Quiénes son malos y quiénes son peores. Él me admiraba mucho. Cuando yo me puse un piercing, él se pus...
Álvaro murió camino del instituto. Hoy era su 18º cumpleaños. Diego, de 24, era su único hermano. Le buscó durante todo el viernes. Él es el autor de la foto que acompaña a estas líneas. Así recordaba a su hermano pequeño: "Era un cacho de pan. Tenía un corazón enorme. Era de esos que, en clase, siempre defienden al chaval con el que todos se meten. El domingo iba a votar por primera vez, le hacía muchísima ilusión. Iba a votar a IU, como yo. Por eliminación. Yo le explicaba las cosas. Quiénes son malos y quiénes son peores. Él me admiraba mucho. Cuando yo me puse un piercing, él se puso otro, también en la oreja.Le dio un disgusto a mis padres, pero dijo que ahora que iba a cumplir 18 se haría otro. ¿Lo que más siento? A mí me gusta un montón viajar, y le dije que haríamos juntos un viaje de mochileros por Italia. Le encantaba la música: Limp Bizkit, Linkin' Park, Jarabe de Palo. Jugaba muy bien al fútbol. Era un delantero de los de cinco goles por partido. Un crack. Era del Madrid, y yo a veces le llevaba a los partidos. No era de mucho leer. Eso sí, devoraba el As de pe a pa. Se llevaba muy bien con mis padres. Nos queríamos mucho. Vivimos en Santa Eugenia, pero teníamos una caravana en un camping de la sierra. Íbamos todos los fines de semana. Disfrutábamos del campo, íbamos en bici, hacíamos botellón... Su mayor hobbie era reírse con sus amigos. Tenía montones. Hoy, en el crematorio había chavales por todas partes. Se parecía muchísimo a mí. Teníamos la misma voz. Por teléfono nos confundían. Yo creo que, de tanto estar juntos, nos mimetizábamos un poco. Las últimas palabras que le dije, el miércoles, fueron: 'Adiós, Alvarito. Me voy a la cama. Mañana nos vemos'. En casa él era el primero en levantarse para ir al instituto. Cuando salió, se despidió de mi madre: 'Hasta luego, mamá'. Ella ni siquiera le vio".-