Crítica:JAZZ

Luna creciente

Vestido de calle y con las manos en los bolsillos, Joe Lovano parecería una persona normal y corriente. Pero con un saxo tenor en las manos se convierte en un patriarca, en un emperador casi mayestático del jazz moderno. En Calle 54 se presentó con un reluciente tenor nacarado y un micrófono de última generación, pero incluso soplando un bote abollado su concierto hubiera resultado igual de sincero y apasionante.

Inició su demostración de poderío técnico y expresivo con dos piezas extraídas de sus últimos discos y prosiguió con una tercera, un especie de calypso descalypsado con ...

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Vestido de calle y con las manos en los bolsillos, Joe Lovano parecería una persona normal y corriente. Pero con un saxo tenor en las manos se convierte en un patriarca, en un emperador casi mayestático del jazz moderno. En Calle 54 se presentó con un reluciente tenor nacarado y un micrófono de última generación, pero incluso soplando un bote abollado su concierto hubiera resultado igual de sincero y apasionante.

Inició su demostración de poderío técnico y expresivo con dos piezas extraídas de sus últimos discos y prosiguió con una tercera, un especie de calypso descalypsado con aromáticos granos de abstracción, titulada sobre la marcha Madrid. Hasta ese momento no hubo sobresaltos para quienes conocen el asombroso embrujo que Lovano ejerce con cualquier tubo de metal que se lleve a los labios, pero la primera balada de la noche, I waited for you, transmitió no sólo emoción, sino también conmoción. Un sonido redondo como lo más redondo que se pueda imaginar y un fraseo que buscaba el arrebato sereno con persuasión paciente recordaron que Lovano también es un músico a quien las melodías le vienen a comer de la mano.

Joe Lovano Trío

Joe Lovano (saxo tenor, clarinete en si bemol y clarinete alto), Cameron Brown (contrabajo) y Horace Brown (batería). Calle 54. Madrid, 10 y 11 de marzo.

Amigo de los instrumentos poco usuales, Lovano tomó después un clarinete contralto. Con artilugio tan poco común tocó un tema de estructura bastante libre llamado Lawyers y dio por concluida la etapa de novedades.

Quizá en el único pero de su actuación, Lovano decidió atacar el estremecedor Lonely woman, de Ornette Coleman, con el clarinete recto, orador de voz algo débil para una pieza que transmite tan gigantesca desolación. La enmienda llegó inmediatamente después, cuando de nuevo empuñó el saxo tenor en Pannonica, escrita por Thelonious Monk. Para no faltar a la tierra de sus padres, Lovano remató su paseo triunfal con Viva Caruso, pero el público todavía le arrancó un precioso regalo. Crescent, título señero del temario coltraniano, se pudo considerar una tardía declaración de principios: la música de Joe Lovano siempre da la impresión de estar en fase de luna creciente.

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