ELECCIONES 2004

Zaplana pide el voto a las mujeres para alcanzar la mayoría absoluta

La batería de halagos al ministro no alcanzó a Michavila y a Camps

Eduardo Zaplana pidió ayer el voto a unas 600 mujeres reunidas en Alzira para que el PP logre una mayoría absoluta que a su juicio está muy difícil de conseguir. Todo ello después de piropearlas con esta frase: "No conozco una sola mujer que no sea trabajadora". Zaplana también recibió una batería de halagos de la consejera Alicia de Miguel que no llegaron ni al ministro José María Michavila, ni al presidente del Consell, Francisco Camps.

Cuando Zaplana llegó a las 13:30 horas, la alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, ya había iniciado el acto que cambió varias veces de hora. La mayoría ...

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Eduardo Zaplana pidió ayer el voto a unas 600 mujeres reunidas en Alzira para que el PP logre una mayoría absoluta que a su juicio está muy difícil de conseguir. Todo ello después de piropearlas con esta frase: "No conozco una sola mujer que no sea trabajadora". Zaplana también recibió una batería de halagos de la consejera Alicia de Miguel que no llegaron ni al ministro José María Michavila, ni al presidente del Consell, Francisco Camps.

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Cuando Zaplana llegó a las 13:30 horas, la alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, ya había iniciado el acto que cambió varias veces de hora. La mayoría de las mujeres se encontraban desde las 12 esperándolo. Al ministro de Trabajo y ferviente defensor del Plan Hidrológico Nacional (PHN) les esperaron también pacientemente, cuatro ecologistas, entre ellos Voro Pérez, que protagonizó una huelga de hambre de 50 días, bajo la pancarta Al Xúquer no li sobra aigüa.

Las indicaciones sobre la inmediata presencia de Zaplana, arropado por Serafín Castellano y por el presidente de la Diputación Fernando Giner, interrumpieron a Bastida. El cabeza de lista popular por Valencia, impecablemente vestido, entró repartiendo besos a diestro y siniestro. Las más alejadas del pasillo central se subían a las sillas para poder contemplar su entrada triunfal. En la primera fila se encontraban sus más fieles seguidores: Alicia de Miguel, Mª Angels Ramón-Llin, Vicente Martínez Pujalte, José M. García Margallo y Consuelo Ciscar.

Pasado el torbellino, Zaplana tomó nota del mensaje de la alcaldesa: "Alzira te da suerte", le dijo en alusión a que desde la visita que realizó a la misma sala cuando aspiraba a la presidencia de la Generalitat, los populares siempre habían ganado las elecciones. Bastida comentó que el 8 de marzo debería ser conocido estrictamente como el Día de la Mujer, sin el calificativo de trabajadora, porque "todas somos trabajadoras dentro y fuera de casa". El ministro tomó rápidamente el testigo y se metió al auditorio femenino (un 95%) en el bolsillo: "No conozco a ninguna mujer que no sea trabajadora".

Para halagos los que recibió de la consejera de Bienestar Social, Alicia de Miguel, que le precedió en el uso de la palabra. Zaplana "es un gran político, un gran líder y una gran persona"; luego añadió con contundencia: "te queremos", y acabó regalándole un poco más los oídos al señalar que la "Comunidad Valenciana tiene una deuda" con él. Nadie pareció echar de menos que las felicitaciones y parabienes no se ampliaran hacia el ministro de Justicia y número dos en la lista José María Michavila, ni hacia el actual presidente del Consell, Francisco Camps. Estos últimos, por cierto, volverán al mismo escenario el miércoles, en una representación más de la guerra entre zaplanistas y campistas

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Zaplana recordó las iniciativas políticas de su gobierno contra la violencia doméstica, el aumento de las prestaciones sociales y para incorporar al trabajo de la mujer. Criticó también el "grado de cinismo" de los socialistas al olvidarse de esas medidas. Reiteró, como el sábado en Manises, que hay que acabar con una sociedad "asquerosamente machista". Tal expresión parece gustarle al ministro.

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