¡Socorro, quieren ir a más!
Habría que buscar las razones psíquicas de los eslóganes electorales, pero no hace falta ser un experto psiquiatra para interpretar la autocomplacencia que encierra el del PP: "Vamos a más".
Pero claro, corre un peligro, porque puede traer a la memoria muchos casos en los que se ha percibido tal mejora en sus condiciones de vida, que salta a la luz pública que, tras su paso por la política, muchos populares ya han ido a más. A mucho más.
Miren, si no, a los ex ministros convertidos en presidentes de empresas multinacionales, con sueldos que tiran de espaldas, o a una directora ge...
Habría que buscar las razones psíquicas de los eslóganes electorales, pero no hace falta ser un experto psiquiatra para interpretar la autocomplacencia que encierra el del PP: "Vamos a más".
Pero claro, corre un peligro, porque puede traer a la memoria muchos casos en los que se ha percibido tal mejora en sus condiciones de vida, que salta a la luz pública que, tras su paso por la política, muchos populares ya han ido a más. A mucho más.
Miren, si no, a los ex ministros convertidos en presidentes de empresas multinacionales, con sueldos que tiran de espaldas, o a una directora general que abandona la Administración para dirigir la patronal ¡del mismo ramo! por cuarenta millones de las antiguas pesetas. O como han ido a más los familiares de los altos cargos que han encontrado empleo en la Administración.
Y eso por no hablar de lo que ocurre en estas tierras, donde ya ha ido a más algún alcalde que debía pedir ayuda a sus familiares para pagar sus deudas, y ahora cada vez tiene mejores barcos y casas. O un ministro que no podía comprarse un coche de gama media y ahora se compra pisos de centenares de millones. O un presidente de Diputación a quien, desde que lo es, le sonríe la fortuna profesional. O un ex alcalde tan ahorrador que invirtió muchos millones en cesiones de crédito.
Y me pregunto: ¡Dios mío!, ¿aún quieren ir a más?
Luis Berenguer es eurodiputado del PSOE.