"España está contaminada por la forma de hacer política de EE UU", afirma Peter Sellars

El director presentará en el Fòrum de Barcelona un espectáculo sobre los refugiados

El director de teatro, ópera y televisión norteamericano Peter Sellars es uno de los creadores invitados a mostrar su trabajo en el marco del Fòrum de las Culturas de Barcelona. Sellars participará con Los hijos de Heracles, de Eurípides, obra sobre el tema de los refugiados que podrá verse en el Teatre Lliure del 15 al 19 de junio. Firme defensor del teatro como reducto para el debate y la discusión, Sellars considera necesario estimular el intercambio de ideas en España, lugar que "en los últimos tiempos se ha contaminado por la manera estadounidense de hacer política".

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El director de teatro, ópera y televisión norteamericano Peter Sellars es uno de los creadores invitados a mostrar su trabajo en el marco del Fòrum de las Culturas de Barcelona. Sellars participará con Los hijos de Heracles, de Eurípides, obra sobre el tema de los refugiados que podrá verse en el Teatre Lliure del 15 al 19 de junio. Firme defensor del teatro como reducto para el debate y la discusión, Sellars considera necesario estimular el intercambio de ideas en España, lugar que "en los últimos tiempos se ha contaminado por la manera estadounidense de hacer política".

"Es otro tipo de fascismo, que se genera por caminos comerciales", asegura. Y España, con una historia ligada a la cultura árabe y una estrecha relación con América Latina, le parece un excelente lugar para hablar de cuestiones como la multiculturalidad, la globalización y, por supuesto, la inmigración y la situación de los refugiados. "Estoy muy satisfecho de poder participar en un festival como el Fòrum, donde hay un contenido de verdad. En los últimos 15 o 20 años, la vanguardia artística se ha confundido con la forma, la espectacularidad, y eso ha dado lugar a espectáculos a menudo vacíos", afirma Sellars, que hasta la fecha sólo ha trabajado en dos ocasiones en escenarios españoles (la primera en el Liceo, en 1991, con una controvertida versión de Las bodas de Fígaro, y la más reciente en el Festival de Otoño de Madrid, en 1999, con La historia de un soldado).

El director, considerado durante años el niño prodigio de la escena de su país (a los 26 años era ya director del National Theatre de Washington), nunca se ha movido en los parámetros de lo políticamente correcto. Sus espectáculos hablan del mundo contemporáneo, de la realidad más reciente, aunque sea a través del camino de los autores clásicos. En el 93 escandalizó y fascinó a partes iguales a los espectadores del festival de Edimburgo con una versión de la tragedia Los persas, de Esquilo, en la que daba voz a los derrotados de la guerra del Golfo. El montaje era crítico con el Pentágono y la CNN, y aventuras como ésta le han valido una fama, a su entender injusta, de antiamericano. "La sociedad necesita militares de alto nivel y periodistas de alto nivel. Ocurre que, realmente, el Pentágono no quería la reciente guerra en Irak, y los periodistas de la CNN saben más de lo que están autorizados a decir", argumenta. Y añade: "Parte de mi trabajo como artista es intentar abrir el espacio para que los trabajadores del Pentágono puedan decirnos lo que realmente saben, y los de la CNN nos puedan contar lo que han visto". Su lucha por lograr que la libertad tenga el espacio que le corresponde demuestra, en su opinión, su talante proamericano. "Es la mayoría de la Administración Bush la que es antiamericana".

El presidente de EE UU "gobierna sin haber sido elegido en las urnas; nuestro Pinochet es mister Bush. Para mí es el claro ejemplo de que la democracia tiene problemas". Sellars admira los esfuerzos de los griegos para establecer la democracia, y por eso vuelve la vista hacia una tragedia clásica como Los hijos de Heracles para hablar de los refugiados, "la crisis más profunda de principios del siglo XXI, porque en estos momentos hay más gente desplazada que en toda la historia de la humanidad".

Pero más que como a un espectáculo, se refiere a él como un proyecto que consta de dos partes. La primera, previa a la representación, consiste en la exposición de testimonios de personas desplazadas en la ciudad que acoge el espectáculo, y de personas involucradas en los problemas de la migración, como representantes de ONG, jueces o psicólogos. En la segunda, el montaje propiamente dicho, estas personas forman parte del coro del espectáculo: es la sociedad civil que formula preguntas. En la función participan siete actores profesionales más un grupo de una decena de refugiados o inmigrantes que interpretan a los hijos de Heracles. Son actores no profesionales, seleccionados entre la población local. Ayer y el domingo, Sellars tuvo un primer encuentro con los candidatos a interpretar a los hijos de Heracles en Barcelona.

El director Peter Sellars, ayer en Barcelona.CONSUELO BAUTISTA
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