Dos golazos de Reyes

José Antonio Reyes vivió ayer sus primeros momentos de gloria en el Arsenal. Estaban los cañoneros naufragando en casa con el Chelsea, sin Henry, tirando la Copa de Inglaterra por la borda, cuando de repente apareció el sevillano como venido de la nada y primero lanzó un zapatazo tremendo desde fuera del área y luego, apenas cinco minutos después, engarzó un toque de cristal que dejó en evidencia al segundo portero del Chelsea, Sullivan, que apenas llevaba un minuto en el campo tras lesionarse Cudicini. Un par de banderillas de oro que colocaron al Arsenal en los cuartos de final tras a...

José Antonio Reyes vivió ayer sus primeros momentos de gloria en el Arsenal. Estaban los cañoneros naufragando en casa con el Chelsea, sin Henry, tirando la Copa de Inglaterra por la borda, cuando de repente apareció el sevillano como venido de la nada y primero lanzó un zapatazo tremendo desde fuera del área y luego, apenas cinco minutos después, engarzó un toque de cristal que dejó en evidencia al segundo portero del Chelsea, Sullivan, que apenas llevaba un minuto en el campo tras lesionarse Cudicini. Un par de banderillas de oro que colocaron al Arsenal en los cuartos de final tras apear al Chelsea por cuarto año consecutivo.

Parecía destinado Reyes a vivir un largo periodo de adaptación a su nuevo equipo, al clima londinense, a una vida completamente distinta. Pero todo cambió ayer de repente. El Chelsea llevaba la delantera en Highbury con un hábil gol del rumano Mutu en la primera parte. Entraba el partido en un momento delicado para los locales, pasados ya 20 minutos de la segunda parte y con pocas ocasiones de gol, cuando Reyes recibió el balón bastante lejos del vértice del área a la derecha del ataque del Arsenal. De repente, el sevillano se fue adelante con la pelota y soltó un zapatazo enorme, casi desde 25 metros, que sorprendió al guardameta Cudicini casi tanto como al público. Un golazo.

Cinco minutos después, Reyes recibió un pase de oro de Patrick Vieira, esta vez en el lado izquierdo del ataque, ya dentro del área; el sevillano se quitó de encima al defensa en un regate sin tocar el balón y envió la pelota al primer toque con la izquierda al fondo de la red. El Arsenal estaba ya por delante y no tuvo mayores problemas para aguantar a un Chelsea que ya había perdido toda la mordiente de la primera parte.

José Antonio Reyes recibió una ovación de lujo al ser sustituido unos minutos antes del final. Luego, quizá tímido, quizá modesto, se fue al vestuario en cuanto el árbitro señaló el final del partido y dejó para sus colegas los festejos sobre el terreno. Tras el partido, el técnico francés del Arsenal, Arsène Wenger, elogió a Reyes por su rendimiento "absolutamente excepcional, por los goles y por el número de carreras que hizo". El técnico afirmó que el partido de Reyes fue "la señal de un buen jugador". "Este chico llegó de Sevilla con sólo 20 años. No habla el idioma y se ha acoplado en tres partidos. Cuanto más joven eres más fácil es adaptarse", apuntó entusiasmado Wenger.

Los goles de Reyes llevaron al Arsenal a los cuartos de final de la Copa de Inglaterra, para los que ya están también clasificados Manchester United, Sheffield United, Tranmere y Millwall. El Liverpool, que abrió el marcador en el primer minuto con un gol de Michael Owen, dejó escapar a última hora la victoria en casa frente al modesto Portsmouth y deberá ahora jugar en campo contrario el desempate. Otros cuatro equipos deberán jugar también el desempate: el Fulham deberá ir a campo del West Ham United tras empatar a cero el sábado y el Sunderland al campo del Birmingham (1-1).