Txalo hace de la supervivencia esencia del cabaret

A Marlene, una cantante de cabaret de treinta años, nunca le ha sonreído la suerte. Se siente sola y desgraciada, vive refugiada en el alcohol y coquetea con la idea del suicidio. Pero se cruza con Maurice, un travesti que se gana la vida haciendo números picantes de ventriloquía en locales de Barcelona y busca una pareja artística. Su encuentro en 1939 es el germen de Cabaret Latino, una historia de pasión, amor y sexo, que representará la compañía Txalo del viernes al domingo próximos en el Teatro Principal de San Sebastián (los tres días a las 20.00 y el sábado, además, en otra sesió...

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A Marlene, una cantante de cabaret de treinta años, nunca le ha sonreído la suerte. Se siente sola y desgraciada, vive refugiada en el alcohol y coquetea con la idea del suicidio. Pero se cruza con Maurice, un travesti que se gana la vida haciendo números picantes de ventriloquía en locales de Barcelona y busca una pareja artística. Su encuentro en 1939 es el germen de Cabaret Latino, una historia de pasión, amor y sexo, que representará la compañía Txalo del viernes al domingo próximos en el Teatro Principal de San Sebastián (los tres días a las 20.00 y el sábado, además, en otra sesión a las 22.30).

El montaje, estrenado en septiembre de 2003 en Barañain, arranca con los últimos ecos de la Guerra Civil española, guía al espectador por la posguerra hasta el año 1959 y recorre distintos momentos históricos, como la entrada de los nazis en París, a través de la vida de estos dos "personajes marginales que se enfrentan a su destino y salen hacia adelante".

La política, como la vida cultural o social de la época, asoma de soslayo. Pero sólo eso, porque Cabaret Latino, escrita por Felipe Loza y con música original de José Manuel Urrejola, es un musical sobre "las pasiones", según sentenció ayer la actriz Itziar Lazkano, quien comparte protagonismo en el escenario con Paco Sagarzazu. "Se baila, se canta, se interpreta, se hace el amor,..." añade.

En esta tragicomedia, en la que también existe un punto de melancolía - "al final lo que se transmite es la dificultad de vivir y la lucha por la supervivencia", apuntó Apaolaza-, tiene importancia capital el baile. Inés Uriarte e Iñigo Andújar completan con movimientos la actuación de los actores-cantantes y dan así sentido y coherencia a la historia. Unas veces, son el alter ego de Marlene o Maurice; otras, representan a los hombres que han ocupado el corazón de la cabaretera o a los personajes que habitan el ambiente en el que se mueven.

Lo hacen a través de tangos, valses, pasos de salsa o pasos dobles compuestos por Urrejola.

La propuesta de Txalo llegará a los escenarios después de que la compañía argentina Krapp presente en la casa de cultura de Egia (mañana y pasado a las 20.30) Mendiolaza, un espectáculo que fusiona música, teatro y danza y retrata de forma poética situaciones cotidianas que se dan en los pueblos.

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