Guerreros e irredentos

Repitiendo la hazaña conseguida hace algo menos de un mes, de nuevo se llenó el recinto de espectadores entregados a la larga lista de canciones provocadoras de uno de los grupos más guerreros e irredentos de cuantos integran la nómina del rock extremo patrio. En el primero de los conciertos, Ilegales tuvo todo tipo de contratiempos con los monitores, las cuerdas que se rompían... Pero lo que apuntaba ser una velada aciaga se salvó gracias a las canciones del grupo, tanto las viejas como las de su último y reciente trabajo, Si la muerte me mira de frente, me pongo de lao. ...

Repitiendo la hazaña conseguida hace algo menos de un mes, de nuevo se llenó el recinto de espectadores entregados a la larga lista de canciones provocadoras de uno de los grupos más guerreros e irredentos de cuantos integran la nómina del rock extremo patrio. En el primero de los conciertos, Ilegales tuvo todo tipo de contratiempos con los monitores, las cuerdas que se rompían... Pero lo que apuntaba ser una velada aciaga se salvó gracias a las canciones del grupo, tanto las viejas como las de su último y reciente trabajo, Si la muerte me mira de frente, me pongo de lao. Tiempos nuevos, tiempos salvajes o Caramelos podridos, entre las primeras, y Chica del Este, o la combativa Vuelven los problemas hicieron las delicias de un respetable absolutamente entregado al rock agresivo de un Jorge Martínez que sigue fiel a sus principios de exaltación de la bronca y especialmente brillante con la guitarra. Un buen concierto que certifica la vigencia artística de Martínez y su combo de destructores sonoros.