Reportaje:

El sueño de Ilie se nubla

La Subdelegación del Gobierno mantiene la orden de expulsión para la pareja rumana que tuvo un niño en Bailén

Lo que parecía un cuento de hadas lleva camino de tener un final de pesadilla, o al menos el que no estaba previsto en el guión. La joven pareja de nacionalidad rumana que vio frenada la orden de expulsión a su país de origen al haber dado a luz la mujer en un bar de carretera de Bailén (Jaén), cuando eran conducidos por la Policía hasta el aeropuerto de Barajas de Madrid para su repatriación, se enfrenta de nuevo a la cruda realidad y la frialdad de la burocracia.

Después de que el pasado 14 de enero las "razones humanitarias" llevaran a la Subdelegación del Gobierno en Córdoba -provin...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Lo que parecía un cuento de hadas lleva camino de tener un final de pesadilla, o al menos el que no estaba previsto en el guión. La joven pareja de nacionalidad rumana que vio frenada la orden de expulsión a su país de origen al haber dado a luz la mujer en un bar de carretera de Bailén (Jaén), cuando eran conducidos por la Policía hasta el aeropuerto de Barajas de Madrid para su repatriación, se enfrenta de nuevo a la cruda realidad y la frialdad de la burocracia.

Después de que el pasado 14 de enero las "razones humanitarias" llevaran a la Subdelegación del Gobierno en Córdoba -provincia de la que procedían- a paralizar la expulsión de Ilie Viorel, de 21 años, y de su esposa, Claudia, de 19, tras la llegada al mundo del pequeño Ilie, ahora han conocido que aquélla decisión no fue más que una tregua en su larga travesía en busca de una futuro más esperanzador en nuestro país.

A Ilie y Claudia, dos de los muchos inmigrantes en situación irregular que buscan un trabajo en España, les salvó la cigüeña en el último minuto. Sin embargo, tras la felicidad inicial poco después conocieron que la Subdelegación del Gobierno sólo paralizó temporalmente, pero no suspendió, la orden de expulsión a su país, por lo que en cualquier momento podría ser ejecutada. Ni siquiera ha sido resuelto el recurso de revocación contra esa orden, que presentó en su día la organización humanitaria Linares Acoge.

Precisamente, los responsables de esa ONG acogieron ayer en su sede a la familia rumana y convocaron a los medios de comunicación para hacer un llamamiento desesperado. "Si no se les da un permiso de residencia, nadie les quiere contratar y, por tanto, la Policía les puede expulsar cualquier día de estos", se lamentaba Ana Fiñana, vicepresidenta de Linares Acoge, una organización que está tutelando a estos jóvenes rumanos desde que a la mujer se le dio el alta en el hospital San Agustín de Linares, donde fue ingresada tras su repentino parto en un bar de Bailén, atendida por empleadas del establecimiento y en medio de la incredulidad de los agentes de la policía que la custodiaban.

Después de nacer el pequeño Ilie, la familia rumana ha estado dando tumbos de un lado para otro en busca de un cobijo para el pequeño. Primero estuvieron alojados en un hostal que les costeó el Ayuntamiento de Bailén y, más tarde, en el albergue para temporeros que acuden a esta localidad para la recogida de la aceituna hasta que cerró sus puertas el pasado jueves. Por eso, su futuro desde ayer es incierto, y ni siquiera conocían donde iban a pasar la noche de ayer.

Con unos cuantos euros en el bolsillo para comprarle leche al bebé, recibidos de la caridad de los vecinos, Ilie, Claudia y el pequeño emprendieron al medio día de ayer rumbo a Córdoba en un autobús que también les costeó el área de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Bailén. Ése fue el deseo expresado por la pareja con el fin de reunirse con unos familiares en la capital cordobesa.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Allí esperaran noticias de Linares Acoge, que va a seguir haciendo trámites para legalizar su estancia en España. "Confiamos en la sensibilidad de la Administración y en que se hagan efectivas las razones humanitarias que en su día se alegaron para frenar su expulsión", recordaba ayer Carmen Fiñana.

Nacionalidad

Desde la Subdelegación del Gobierno en Jaén se informó que a la pareja se le ha indicado la documentación necesaria para regularizar su estancia, pero se hizo la salvedad de que antes debe resolverse el expediente de expulsión abierto en Córdoba. Al parecer, una exigencia de las autoridades españolas a la que la joven pareja no parece estar dispuesta a cumplir es a renunciar a la nacionalidad rumana de su hijo.

El padre comentaba ayer en la sede de Linares Acoge que su deseo es quedarse en España. "En Rumanía no hay ningún trabajo", decía, después de agradecer la generosidad que mucha gente de Bailén y Linares ha mostrado con ellos desde el nacimiento de su hijo.

El Ayuntamiento de Bailén, además de comprarle ropa y alimentos al bebé, estudia también la posibilidad de apadrinar al niño, según informó la concejala de Asuntos Sociales, Maribel Ortiz.

Archivado En