Crónica:FÚTBOL | Vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey

El Madrid confirma su hegemonía

Raúl y Ronaldo sentencian la cita a las primeras de cambio en Mestalla ante un Valencia otra vez sin pegada

Puestos a medir la hegemonía del fútbol español, Raúl y Ronaldo no dejaron lugar a dudas. Se pusieron serios cuando la ocasión lo requería y zanjaron la eliminatoria con una contundencia intimidatoria. Cada una de sus apariciones en los dos partidos fue para definir. Para marcar la diferencia entre una delantera potable -la del Valencia- y una grandiosa -la suya-. Así incluso lo contempló el público de Mestalla, que aceptó la derrota con deportividad aunque un tanto decepcionado por la actitud resignada de su equipo desde el primer momento.

Según dictan las estadísticas, puede hablarse ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Puestos a medir la hegemonía del fútbol español, Raúl y Ronaldo no dejaron lugar a dudas. Se pusieron serios cuando la ocasión lo requería y zanjaron la eliminatoria con una contundencia intimidatoria. Cada una de sus apariciones en los dos partidos fue para definir. Para marcar la diferencia entre una delantera potable -la del Valencia- y una grandiosa -la suya-. Así incluso lo contempló el público de Mestalla, que aceptó la derrota con deportividad aunque un tanto decepcionado por la actitud resignada de su equipo desde el primer momento.

Según dictan las estadísticas, puede hablarse de mala suerte valencianista en el remate. O falta de acierto. Pero al final todo se resume a algo más simple: la calidad de los atacantes. El Madrid encontró la organización y la agresividad -todo aquello de lo que careció en el último mes- justo cuando más la necesitaba. También encontró a Guti como medio centro, un Guti muy metido en la harina en el trabajo colectivo y dispuesto a hacer valer su talento creativo. Bien arropado ayer por Borja, Guti parece haber llegado a la alineación para quedarse. Buenas sensaciones envió también el joven Mejía en el centro de la zaga; y, por supuesto, Helguera, quien, de central, ha tapado muchas de las grietas que ofrecía su equipo cuando él se adelantaba al medio del campo.

VALENCIA 1- REAL MADRID 2

Valencia: Palop; Rufete (Xisco, m. 59), Ayala (Jorge López, m. 51), David Navarro, Garrido; Angulo, Baraja, Marchena, Vicente; Aimar (Oliveira, m. 46); y Mista.

Real Madrid: César; Salgado, Helguera, Mejía, Raúl Bravo; Figo (Juanfran, m. 65), Guti, Borja, Solari; Raúl (Zidane, m. 74); y Ronaldo (Portillo, m. 65). Goles: 0-1. M. 13. Pase en profundidad de Ronaldo a Raúl que encara a Palop y le bate por bajo. 1-1. M. 74. Mista cabecea al larguero, el balón pega en el larguero y Xisco marca a puerta vacía. 1-2. M. 90. Zidane, de falta, tras rebotar en la barrera. Árbitro: Carmona Méndez. Amonestó a Borja, Raúl Bravo, David Navarro y Guti. Unos 45.000 espectadores en el estadio de Mestalla.

Más información

El cuadro de Benítez ha llegado a una conclusión irrevocable en esta doble convocatoria: en la longitud de la Liga se puede permitir, por constancia y fortaleza mental, cuestionar la supremacía del Madrid; en la distancia corta de la Copa del Rey, no. La eliminatoria ratificó además la siguiente máxima: el estado físico de un equipo depende fundamentalmente del anímico. Antes del choque del Bernabéu, parecía evidente la superioridad física del conjunto de Benítez frente al de Queiroz. Justo lo contrario que enseñaron ambos encuentros.

El Valencia pagó su escasa determinación. Entró en el choque en plan contemplativo, a ver qué pasaba, sin saber si atacar o defender, si presionar o dejar jugar. Total, al cuarto de hora ya estaba en la lona. Ante el Madrid, las dudas suelen ser malas compañeras de viaje. Y los espacios otorgados, mortales. A Ronaldo le dieron cinco metros de soledad y eso es un mundo para el crack brasileño. Alzó la vista y vio un pasillo diáfano por el que se colaba Raúl hacia el balcón del área, aprovechando la inopia de Rufete, que debutaba de lateral derecho y penó la novatada: se quedó atrás y anuló el fuera de juego. Raúl dijo gracias y, solo ante un arrodillado Palop, en la salida típica de los arqueros argentinos, le colocó el balón justo al ladito del poste izquierdo.

Pese a sus enormes necesidades, Benítez eligió la opción conservadora y arrancó con un solo delantero: Mista, que completó su via crucis particular ante su ex. Derperdició otra vez clarísimas ocasiones. Tampoco funcionó el centro del campo: Marchena no le dio la fluidez aconsejable en compañía de Baraja.

Después de mucho tiempo de ausencia, el joven central David Navarro volvió al once para encargarse otra vez de Ronaldo, tal como hizo en la primera vuelta de la Liga. Y mostró la misma sobriedad de entonces, pero también una entrada feísima a Figo: una hachazo a la altura de la rodilla del portugués.

La segunda parte se la tomaron ambos conjuntos como un entrenamiento. Benítez dio por perdida la eliminatoria, retiró a Aimar y a Ayala, y probó a Oliveira, Xisco, Jorge López... El volante riojano recuperó parte de su prestigio, dañado tras su mal partido ante Osasuna. Todos los meritorios se prodigaron en ataque con tanto entusiasmo como, una vez más, desatino. Al Valencia le quedaba recuperar su maltrecho orgullo y lo logró a duras penas: marcó Xisco tras un remate de cabeza de Mista que repelió el larguero. Hinchado de autoestima, el Madrid mantuvo su estilo hasta el final: movió la pelota con tranquilidad y eficacia, sin apenas desgaste. Queiroz introdujo a Portillo, Juanfran y Zidane, que reaparecía tras su lesión. El centrocampista francés volvió con buen pie y cerró el encuentro con una falta que, tras golpear en la barrera, despistó a Palop y supuso la victoria madridista. Claro que ahora se le plantea a Queiroz un problema inevitable: el retorno de Zidane supone en teoría el regreso de Solari al banquillo. ¿O no? El caso es que el interior zurdo argentino ha sido clave en la resolución de la eliminatoria, sobre todo en el encuentro del Bernabéu. Allí dedicó todo su dinamismo a juntarse con Beckham y Guti en el centro y cerrarle así todos los caminos a Aimar, que, desde entonces, ha firmado dos de sus peores actuaciones desde que llegara a España. También porque el media punta argentino arrastra unas molestias musculares.

Raúl se abraza a Figo tras marcar su gol.CARLES FRANCESC

Archivado En