Homenaje a Alejandra

El 19 de enero, en la Facultad de Psicología de la UNED se rindió un sentido homenaje a la profesora de Historia de la Psicología Alejandra Ferrándiz Lloret, fallecida hace exactamente seis meses.

Fue un acto académico enormemente emotivo. La recordaron profesores, compañeros, amigos, alumnos (curiosamente, la rectora de la UNED, que presidía el acto, había sido alumna suya), que recrearon diversos aspectos de su personalidad, hilando retazos de su vida y conformado un ajustado y rico perfil de la profesora ausente.

Quienes la conocieron, quienes la trataron, hablaron de Alejandr...

El 19 de enero, en la Facultad de Psicología de la UNED se rindió un sentido homenaje a la profesora de Historia de la Psicología Alejandra Ferrándiz Lloret, fallecida hace exactamente seis meses.

Fue un acto académico enormemente emotivo. La recordaron profesores, compañeros, amigos, alumnos (curiosamente, la rectora de la UNED, que presidía el acto, había sido alumna suya), que recrearon diversos aspectos de su personalidad, hilando retazos de su vida y conformado un ajustado y rico perfil de la profesora ausente.

Quienes la conocieron, quienes la trataron, hablaron de Alejandra desde el corazón, pero también desde la objetividad. Fueron palabras atravesadas por el cariño, por el respeto, por la admiración. Y es que Alejandra Ferrándiz fue un ser íntegro, de limpias miras, comprometida hasta lo más hondo con la sociedad, con su tiempo, con la vida. Con su trabajo. Y, con todo, no es lo más reseñable, con serlo mucho, su faceta como profesional, siempre entregada a su quehacer educativo e investigador con generosidad, con espíritu creativo, abierto, siempre con la urgencia de nuevos proyectos. Lo más importante en ella fue su calidad como persona, su enorme estatura moral.

Su desaparición, qué pesar, ha sido un golpe brutal para todos nosotros.