OPINIÓN DEL LECTOR

Testimonio

Soy ciega. El lunes día 29 de diciembre asistí con mi perra-guía y mis dos hijos, de 8 y 11 años de edad, y tres amigos suyos a un concierto infantil organizado por el Ayuntamiento de Madrid en el Teatro de la Casa de Campo.

Desgraciadamente, parece ser que el Ayuntamiento de Madrid aún no se ha enterado de que este año es el Año Internacional del Discapacitado. Tampoco toman en serio la necesidad de poner la cultura -y la música en concreto- al alcance de los niños.

Desde el primer momento, todo fueron impedimentos, incomodidad y desorganización. En taquilla, cuando quise hacer ...

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Soy ciega. El lunes día 29 de diciembre asistí con mi perra-guía y mis dos hijos, de 8 y 11 años de edad, y tres amigos suyos a un concierto infantil organizado por el Ayuntamiento de Madrid en el Teatro de la Casa de Campo.

Desgraciadamente, parece ser que el Ayuntamiento de Madrid aún no se ha enterado de que este año es el Año Internacional del Discapacitado. Tampoco toman en serio la necesidad de poner la cultura -y la música en concreto- al alcance de los niños.

Desde el primer momento, todo fueron impedimentos, incomodidad y desorganización. En taquilla, cuando quise hacer una reserva anticipada, me dijeron que tendría que retirar las entradas con dos horas de antelación. Después de un sinfín de llamadas conseguí que el coordinador de Producción en la sala retirara las entradas por mí y sólo tuve que esperar una hora y cuarto antes del concierto. A los demás mortales les tocaría esperar las dos horas.

Tampoco entiendo por qué no estarían numeradas las localidades. La entrada fue un caos total: carreras, gritos y llantos de los niños, nervios de los padres que intentaban controlar a sus hijos y encontrar asientos y voces y gesticulaciones de los supuestos acomodadores de la organización.

Para rematar el desastre y producto de la improvisación (octavo pecado nacional), la obra empezó tarde.

Recuerdo a nuestros dirigentes, tanto en el Ayuntamiento de Madrid como a nivel nacional: "Estos niños son votantes de mañana...". Los discapacitados, como yo, somos votantes de hoy. Conciertos infantiles como éste no hablan a favor de los que gobiernan. Quien avisa no es traidor.

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