Siete dramaturgos andaluces ofrecen su versión de 'Los pecados capitales'

Zurro dirige una obra con textos de Álamo, Onetti y Domínguez

Siete dramaturgos andaluces, con el único rasgo común de que han comenzado a escribir en democracia, firman Los siete pecados capitales, una producción del Centro Andaluz de Teatro que se estrena hoy en el teatro Central de Sevilla. "Es un proyecto complicado en el que convertimos los pecados en emociones" , explicó ayer Alfonso Zurro, director de escena y autor de Como estatua de sal (La lujuria).

"Es insólito en el panorama teatral español encargar una obra a siete autores distintos y, además, con lenguajes tan dispares pero nosotros hemos querido asumir la apuesta de Al...

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Siete dramaturgos andaluces, con el único rasgo común de que han comenzado a escribir en democracia, firman Los siete pecados capitales, una producción del Centro Andaluz de Teatro que se estrena hoy en el teatro Central de Sevilla. "Es un proyecto complicado en el que convertimos los pecados en emociones" , explicó ayer Alfonso Zurro, director de escena y autor de Como estatua de sal (La lujuria).

"Es insólito en el panorama teatral español encargar una obra a siete autores distintos y, además, con lenguajes tan dispares pero nosotros hemos querido asumir la apuesta de Alfonso Zurro", comentó ayer en Sevilla Emilio Hernández, director del Centro Andaluz de Teatro (CAT). Los siete pecados capitales, que se estrena esta noche y estará en el teatro Central hasta el 15 de febrero, es la producción de gran formato por la que ha apostado el CAT para esta temporada.

Maica Barroso, Manuel Monteagudo, Mariano Peña y Carmen León son algunos de los 11 actores que encarnarán a medio centenar de personajes. El montaje, que después de Sevilla iniciará un gira por todas las provincias andaluzas, ha contado con un presupuesto de 162.000 euros. La música es de Luis Navarro, la escenografía de Ernesto de Ceano y la iluminación de Juan Gómez Cornejo.

"Todos los autores han sido libres a la hora de enfrentarse con su pecado. Yo sólo les marqué el tiempo (unos 17 minutos cada pieza) y el lugar. La acción se desarrolla en una pequeña estación de tren abandonada", explica Zurro, el dramaturgo y director de escena que durante años ha acariciado la idea de poner en escena los llamados pecados capitales.

"A mí me tocó la ira, que es una de las grandes fuerzas de nuestro mundo por lo que me ha resultado bastante difícil enfocarla. Al final escribí dos textos distintos y le di a elegir a Alfonso", comentó ayer Antonio Álamo, quien obtuvo el Premio Tirso de Molina con Los borrachos (1996) y que actualmente está terminando una nueva novela.

"Tenemos en común un tiempo y un lugar, pero no somos una generación", apuntó Juan García Larrondo, reconocido con el Premio Marqués de Bradomín en 1992. "El amor y los pecados van siempre unidos. Hemos intentado desmitificar el sentimiento de culpa", añade García Larrondo quien ha escrito sobre la soberbia.

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"Tenemos que agradecer a Zurro que no haya hecho un puchero; sino un espectáculo que respeta el lenguaje teatral de cada uno", apunta Antonio Onetti, también guionista de televisión, y a quien le ha tocado la gula. Los siete pecados capitales cuenta, además de los citados, con textos de Fernando Mansilla (envidia), Antonio Estrada (avaricia) y Jesús Domínguez (pereza).

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