Entrevista:JULIA GARCÍA-VALDECASAS | Ministra de Administraciones Públicas

"A mí me duele España"

Pregunta. Si usted siguiera de delegada del Gobierno en Cataluña, yo vendría a verla con casco.

Respuesta. No me diga. ¿Por qué?

P. Hay que ver cómo se le iba la mano mandando dar leña a los Cuerpos y Fuerzas.

R. Para nada. Eso no responde a la realidad, aunque quizá alguien lo contó.

P. ¿No era un poco la Thatcher local, aunque a escala?

R. No, no. A veces te toca hacer un determinado papel, pero no era la Thatcher local.

P.
¿Tuvo que tomarse una tila cuando supo del Govern tripartito de Maragal...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Pregunta. Si usted siguiera de delegada del Gobierno en Cataluña, yo vendría a verla con casco.

Respuesta. No me diga. ¿Por qué?

P. Hay que ver cómo se le iba la mano mandando dar leña a los Cuerpos y Fuerzas.

R. Para nada. Eso no responde a la realidad, aunque quizá alguien lo contó.

P. ¿No era un poco la Thatcher local, aunque a escala?

R. No, no. A veces te toca hacer un determinado papel, pero no era la Thatcher local.

P. ¿Tuvo que tomarse una tila cuando supo del Govern tripartito de Maragall?

R. Para nada. Me parece un Gobierno legalmente constituido, y espero tener con él relaciones recíprocas de lealtad total.

P. ¿Pero le duelen Cataluña o Euskadi?

R. A mí, aunque sea una frase un poco hecha, me duele España, sí. Me gustaría que todos tuviéramos un poco más de sentido común y que no tiráramos por la borda lo que tenemos.

P. Artur Mas me confesó que fue novio de su hermana. ¿A usted no le tocó nada de tanta ventura?

R. [Ríe] Una relación de buena amistad con Artur Mas es lo que queda.

P. Ninguna envidia. Ningún rencor a su hermana.

R. ¡Pero para nada, por favor! ¡Hasta ahí podíamos llegar! Él era un chico fantástico y magnífico. Le tengo un gran cariño.

P. ¿Y usted, nada de nada con Pujol, o con Duran Lleida?

R. Nada de nada [risas]. No estaban entre mis opciones. Tuve otros.

P. Políticamente hablando, ¿a quién le echaría un tiento?

R. A mí en política me gusta la gente que es leal y honrada. Me da igual la ideología. Los nombres los tengo en el pensamiento. Adivínelos, je, je.

P. ¿Y en la vida civil?

R. Me gusta la gente inteligente, con escala de valores y con criterios, como el presidente del Gobierno.

P. ¿Él es el que más? Hablamos también como hombre.

R. Me gustan varios. Hombre, Richard Gere, su físico, su pelo cano. Cuando era más joven me gustaba más Paul Newman, pero se me ha hecho un poco viejete ya. ¿Políticos? Pues me gusta Piqué, mire usted por dónde. Porque, además, es un hombre muy completo.

P. ¿Está en este ministerio como en un balneario, en un Spa?

R. No, en absoluto.

P. Se lo digo porque este negociado lo lleva todo Moncloa.

R. Ahora mismo, con el nivel de conflictividad autonómica que hay, se da el mensaje desde Moncloa, y me parece correcto.

P. Y mientras, usted aquí, con el albornoz y las chanclas.

R. No. Ojalá pudiera ser así algún día. Nunca he tenido un puesto de trabajo con albornoz y chanclas.

P. Hay quien la define como cualquiera de nuestras tías que vienen a merendar.

R. Yo creo que no. Porque las tías ésas ¿qué características tienen?

P. Podrían pasarse el domingo jugando al parchís.

R. Pues yo podría estar, sí. Yo he jugado mucho a cartas y al parchís, al mus y al dominó.

P. Dicen que entra en el prototipo de la derecha: esforzada, calvinista y muy puesta.

R. Un amigo mío me dijo que era el prototipo de la izquierda, porque era trabajadora, honrada y honesta. Según cómo lo mire.

P. No sé si tiene pasiones.

R. ¿Pasiones de qué tipo? Soy bastante controlada. Trabajadora, tenaz y constante.

P. ¿Se la podría definir como una estrecha?

R. No. ¿A qué se refiere? Yo estoy abierta a todo. No me considero una persona estrecha. No tengo ninguna limitación conceptual.

P. ¿Cuando era boticaria, en los 70, vendía sin receta preservativos o anticonceptivos?

R. Intentabas que te trajeran la receta. Pero si no la tenían, se los vendías. Y preservativos, a tope.

P. Luego se hizo interventora de Hacienda. ¿Su corazón le decía que conocería a Aznar?

R. Mi corazón me decía que yo vendiendo me aburría. Y que a lo mejor era más divertida la actividad en ese campo.

P. Pero luego llegó él.

R. Luego llegó él, sí.

P. ¿Y cómo fue?

R. ¡Fantástico!

P. Fue directiva del Español. Y creo que terminó de arreglarlo.

R. El mundo del fútbol es dificilísimo. Yo ni rematé ni arreglé. Hice poca cosa.

P. ¿Cuáles son sus gracias?

R. No tengo ninguna. ¿Usted cree que tengo gracias?

P. ¿Su ministro favorito?

R. Hay varios. Me asombra la capacidad intelectual de Rato, la simpatía y la imagen de Javier Arenas, la eficacia de Ana Pastor, me gusta cómo es Montoro...

P. No siga. Tiene para todos. El próximo viernes la van a recibir al grito de ¡Torera! ¡Torera!

R. Y estaré encantada.

P. ¿Cree que le quedan dos cortes de pelo o que tiene futuro después de marzo?

R. Mire, creo que en la política se entra y se sale. Yo ya llevo ocho años. A mí quizá ya me toca salir.

La ministra de Administraciones Públicas, rememorando sus confesadamente aburridos tiempos de boticaria.ULY MARTÍN

PERFIL

Con casi 60 años y tres hijos, se presenta contenida y blindada, dice que porque es "cautelosa, prudente y discreta". Quiere volver a tener "un trabajo compatible con la vida". Perdona las debilidades humanas -"las naturales y honradas, ¿eh?"- y se le iluminan los ojos cuando habla de Aznar. ¿Llorará cuando se vaya? "Igual lloro. No lo sé".

Archivado En