Crítica:DORMIR

Esquí para familias en el Pirineo de Lleida

BOÍ-TAÜLL RESORT, un hotel donde la utilidad se alía con la comodidad

Frente al auge de los pequeños hoteles de montaña, el esquí en familia pide otras instalaciones mejor preparadas para resistir el esparcimiento de los niños, un horario más permisivo con las comidas y el acceso a las habitaciones, así como una atención especializada en su alojamiento tribal. Y si el complejo hotelero guarda cierta integridad con el entorno serrano, pues mejor que mejor. Tales condiciones se cumplen a plena satisfacción de la clientela menuda en el valle de Boí, joya del románico catalán, bajo cuyas cresterías nevadas se ha desarrollado en los últimos años la estación invernal ...

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Frente al auge de los pequeños hoteles de montaña, el esquí en familia pide otras instalaciones mejor preparadas para resistir el esparcimiento de los niños, un horario más permisivo con las comidas y el acceso a las habitaciones, así como una atención especializada en su alojamiento tribal. Y si el complejo hotelero guarda cierta integridad con el entorno serrano, pues mejor que mejor. Tales condiciones se cumplen a plena satisfacción de la clientela menuda en el valle de Boí, joya del románico catalán, bajo cuyas cresterías nevadas se ha desarrollado en los últimos años la estación invernal de Boí-Taüll y el resort (urbanización turística) del Pla de l'Ermita. Un dominio esquiable de 550 hectáreas ensanchado hasta el umbral del parque nacional de Aigües Tortes.

BOÍ-TAÜLL RESORT

Categoría oficial: 3 estrellas. Dirección: Pla de l'Ermita, s/n. 25528 Taüll, Vall de Boí (Lleida). Teléfono: 973 69 60 00. Fax: 932 09 46 10. Internet: www.boitaullresort.es. Instalaciones: garaje, jardín, piscina climatizada, tenis, sauna, tiendas, salón de estar, sala de convenciones para 60 personas, bar, restaurante. Habitaciones: 89 dobles con baño, calefacción, teléfono, minibar, TV vía satélite. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, no admite perros, alquiler de bicicletas. Precios: temporada alta, 84 euros + 7% IVA por persona en media pensión; temporada baja, 55 euros + 7% IVA por persona en media pensión; paquete de una semana, entre 329 y 504 euros + 7% IVA por persona en media pensión. Tarjetas de crédito: American Express, Master Card, Visa, 6000.

Arquitectura ... 6

Decoración ... 5

Estado de conservación ... 6

Confortabilidad habitaciones ... 5

Aseos ... 5

Ambient ... 6

Desayun ... 3

Atención ... 8

Tranquilidad ... 7

Instalaciones ... 6

El hotel de más categoría en el complejo, conocido por el mismo nombre que la estación, se sostiene en un edificio de nueva planta construido en 1995 con los materiales y las formas tradicionales del Pirineo leridano. Piedra, madera y cubiertas de pizarra. Calidez ambiental asegurada, además, por un sistema de calefacción que no escatima recursos en evitar resfriados si se quiere estar todo el día en camiseta, aun dejando abierta la puerta principal mientras se ojea en un tablón el programa de actividades o el parte de nieve.

Justo equipamiento

A esa temperatura se ofrecen también los dormitorios, repartidos en tres pisos, con las buhardillas recientemente convertidas en una amplia sala de convenciones, a fin de prever la plena ocupación del hotel fuera de la temporada invernal. Sencillas y funcionales, equipadas con lo justo, todas las estancias colman el deseo de los padres de tener a buen recaudo el sueño de sus hijos. Su recuerdo no será imborrable, pero nadie sufrirá por el estado de los muebles ni la esencial utilidad de los sanitarios. Ni siquiera por el desgaste evidente de las moquetas, que deberían reemplazarse con mayor periodicidad.

Pasadas las cinco de la tarde, los esquiadores se despojan de su utillaje gladiador e invaden a un ritmo marcial los espacios comunes, el vestíbulo-salón-bar-recepción y, sobre todo, la zona lúdicotermal, con piscina climatizada y terraza solárium. Enfrente del hotel, justo en medio del Pla de l'Ermita, se extiende un área de juegos infantil sin rival en ninguna estación de esquí peninsular. Un parque de atracciones guay, a juicio de sus usuarios. Menuda tranquilidad para los mayores...

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Fachada de piedra y tejado de pizarra, la característica arquitectura pirenaica, en el hotel Boí-Taüll Resort.FERNANDO GALLARDO

ALREDEDORES

EN INVIERNO, la actividad única es el esquí a lo largo de 42 kilómetros de pistas en la estación de Boí-Taüll, carretera arriba. Ya en primavera, el esquí se puede combinar con paseos a pie por el cercano parque nacional de Aigües Tortes y la laguna de Estany Negre, o con algunos deportes de aventura, como el barranquismo o el rafting por el río Noguera de Tor. En verano, lo que priva es la visita cultural del románico lombardo, declarado patrimonio de la humanidad, en Santa María y Sant Climent de Taüll (esta última con su hermosa torre del campanario, que consta de seis cuerpos con vanos múltiples segmentados por maineles y se perfila sobre un depurado paisaje pirenaico); los pueblecitos con sus iglesias de Taüll, Boí, Erill la Vall, Barruera y Durro, así como el balneario de Caldes de Boí. Desde que a principios del siglo XX llegan los excursionistas y la expedición de l'Institut d'Estudis Catalans, el redescubrimiento del románico del valle no ha dejado de atraer a los visitantes. Y si hay tiempo, la carretera del Noguera Ribagorzana enlaza, a través del túnel de Viella, con el valle de Arán.

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