Entrevista:MAITE COMINS | Presidenta de Piao, asociación de ayuda a la infancia china

"Adoptar un hijo no es un acto de caridad"

Pregunta. ¿Cómo se metió en esto?

Respuesta. En 1995, cuando salieron los famosos reportajes sobre las habitaciones de la muerte en China. Aunque no llegué a ver ninguno en televisión, leí lo que salía en prensa en referencia a esos reportajes. Me afectaron tanto a mí y a mis amigos que estuvimos dándole vueltas para ver qué podíamos hacer. Adoptar una de esas niñas era insuficiente. Había que hacer algo más. Y decidimos montar Piao.

P. ¿Cuál es el cometido de Piao?

R. Asesoramos a las familias sobre el proceso de adopción con China. Aparte de l...

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Pregunta. ¿Cómo se metió en esto?

Respuesta. En 1995, cuando salieron los famosos reportajes sobre las habitaciones de la muerte en China. Aunque no llegué a ver ninguno en televisión, leí lo que salía en prensa en referencia a esos reportajes. Me afectaron tanto a mí y a mis amigos que estuvimos dándole vueltas para ver qué podíamos hacer. Adoptar una de esas niñas era insuficiente. Había que hacer algo más. Y decidimos montar Piao.

P. ¿Cuál es el cometido de Piao?

R. Asesoramos a las familias sobre el proceso de adopción con China. Aparte de la tramitación, asesoramos sobre qué es la adopción y qué problemas puede conllevar.

P. Valencia es una de las ciudades que más demandas de adopciones tiene.

R. Aquellos reportajes provocaron una gran demanda. La gente se sintió muy sensibilizada. Luego aparecieron las entidades colaboradoras, como Piao, y facilitaron la información para poder tramitar los expedientes de adopción. Piao ha tramitado unas 200 adopciones de niñas chinas en la Comunidad Valenciana.

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P. ¿Por qué niñas y no niños?

R. La política de natalidad del Gobierno chino es de contención, y por tradición cultural las niñas eran las que más se abandonaban. Pero aparte, las familias adoptivas quieren niñas.

P. ¿Qué hay que hacer para adoptar?

R. Primero que nada, tener claro que se quiere tener un hijo. Cuando se ven estos reportajes, todo el mundo se siente sensible y sacaría a los niños de esa situación, pero adoptar un hijo no es un acto de caridad.

P. ¿Y una vez se está seguro?

R. Iniciar el trámite. Ir a la Consejería de Bienestar Social, informarse de qué países están tramitando adopciones, hacer la solicitud, legalizar documentos,... Todo eso lo hacemos nosotros. Mandamos la documentación a Pekín, y en dos años, o menos, recibimos la asignación del menor con un informe médico. Cuando la familia lo acepta, se viaja a China. Suelen estar dos semanas con un acompañante de Piao. Recogen la niña, tramitan la adopción y regresan.

P. ¿Cuánto le cuesta a la familia?

R. Unos 12.000 euros. Está incluido todo: honorarios de la entidad de adopción internacional, las dos semanas en Pekín y los gastos en China.

P. Ahora usted es también la portavoz de la coordinadora de entidades de adopción internacional (ECAI) de toda España. ¿De dónde saca el tiempo?

R. De la hora de la comida. Trato de no perjudicar ni a mi trabajo ni a mis hijos. Cuando puedo escaparme, me dedico. Salvo si necesito más tiempo, como ahora que nos hemos tenido que reunir con el Senado...

P. El Defensor del Pueblo recogió las quejas de algunas familias.

R. Sí, aunque no nos dijeron el número de familias. Somos 14 ECAI y en conjunto hemos tramitado este año unas 5.000 adopciones, por eso sería importante saber cuántas quejas ha habido y de dónde proceden. A lo mejor muchas de esas quejas no se han producido por problemas con ECAI, sino con otros mediadores que no están controlados por las comunidades autónomas. Las ECAI estamos reconocidas oficialmente y estamos sometidas a auditorías, memoria anuales,...

P. ¿Hay quien se aprovecha?

R. Un problema muy importante es que la gente cuando va a adoptar va desesperada. Quiere un hijo como sea. Y muchas veces, esa necesidad desesperada hace que se pierda la cabeza. Y hay gente que se aprovecha.

EN DOS TRAZOS

La vida de la periodista Maite Comins (Valencia, 1963) cambió cuando en 1995 conoció el drama de los orfanatos chinos. Con otros amigos asumió el compromiso de hacer todo lo posible para terminar con ese horror y ayudar a la infancia china. En aquel momento Piao sólo era el nombre de una niña china adoptada en Liechtenstein que había aparecido en un reportaje de EL PAÍS. Desde entonces Piao (www.piao.org) es una asociación de ayuda a la infancia que ha asesorado y tramitado la adopción de unas 200 niñas chinas en la Comunidad Valenciana. La mayor de ellas ya tiene siete años.

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