Cantando por lo evidente

No hace al caso entrar en valoraciones artísticas sobre un concierto en el que cerca de una veintena de artistas españoles, de diversas procedencias, se juntan para solidarizarse con una causa en la que creen. No se puede llegar a enjuiciar cada intervención, de apenas dos canciones por cabeza, con estilos tan dispares que pasaban de la canción de autor de Labordeta, Inma Serrano, Ángel Petisme, Esmeralda Grao o Carlos Chaouen, a rockeros como La Frontera, Los Secretos, Mercedes Ferrer o La Loca María, rumberos como Lagarto Amarillo, vanguardistas como Mojo Project o estrellas de la variedad c...

No hace al caso entrar en valoraciones artísticas sobre un concierto en el que cerca de una veintena de artistas españoles, de diversas procedencias, se juntan para solidarizarse con una causa en la que creen. No se puede llegar a enjuiciar cada intervención, de apenas dos canciones por cabeza, con estilos tan dispares que pasaban de la canción de autor de Labordeta, Inma Serrano, Ángel Petisme, Esmeralda Grao o Carlos Chaouen, a rockeros como La Frontera, Los Secretos, Mercedes Ferrer o La Loca María, rumberos como Lagarto Amarillo, vanguardistas como Mojo Project o estrellas de la variedad como Gurruchaga, Amistades Peligrosas o El Gran Wyoming.

Todos actuaron, y lo hicieron con generosa entrega ante un recinto abarrotado, animados por denunciar las atrocidades que comete sistemáticamente el Gobierno de Ariel Sharon, desoyendo las resoluciones de la ONU y ante la pasividad internacional, contra el pueblo palestino. La provocación que llevó a la Intifada, el recuerdo a los luctuosos sucesos de Sabra y Chatila en 1982, o el reciente drama del muro que levanta Sharon para partir en dos a cientos de familias palestinas, fueron los recursos que más se utilizaron como repulsa por parte de los cantantes.