Bellas Artes rememora el magisterio vital y artístico de Chipi Garrido

Fue una de esas personas cuyo recuerdo provoca ahora dos reacciones inmediatas: tristeza, por su desaparición, y gratitud, por su gran generosidad. La artista Chipi Garrido, fallecida hace casi un año, impartió magisterio intelectual y vital en la Facultad de Bellas Artes de Valencia. Ayer, recibió un homenaje de sus compañeros con una exposición sobre su obra y con la concesión, a título póstumo, de la medalla del centro.

El entusiasmo de los alumnos de Bellas Artes que retornaban de alguna de las estancias iniciáticas por el mundo que organizaba Chipi Garrido como vicedecana de Bellas...

Fue una de esas personas cuyo recuerdo provoca ahora dos reacciones inmediatas: tristeza, por su desaparición, y gratitud, por su gran generosidad. La artista Chipi Garrido, fallecida hace casi un año, impartió magisterio intelectual y vital en la Facultad de Bellas Artes de Valencia. Ayer, recibió un homenaje de sus compañeros con una exposición sobre su obra y con la concesión, a título póstumo, de la medalla del centro.

El entusiasmo de los alumnos de Bellas Artes que retornaban de alguna de las estancias iniciáticas por el mundo que organizaba Chipi Garrido como vicedecana de Bellas Artes se reflejaba en los ojos de la artista. Tal era su grado de implicación, que disimulaba con su personal sentido del humor. "El embrujo de Chipi", dice el periodista Manuel Peris en el catálogo de la exposición, que ayer se inauguró en la sala Josep Renau de la facultad de la Universidad Politécnica, que ella contribuyó a dinamizar.

"Creo sinceramente que ella pintó, con su impronta, uno de los cuadros más ricos, exultantes y bellos que se han realizado en esta facultad y que debe permanecer en la memoria de todos los que compartimos, en alguna medida, su cercanía", escribe el decano de Bellas Artes, Joan Llavería, entre otros amigos y compañeros que participan en el homenaje.

Casi veinte años abarca la trayectoria artística de Chipi Garrido. Tras una primera etapa marcada por la influencia del expresionismo, su trabajo evolucionó hacia una pintura más diferenciada. Posteriormente construyó un insólito sistema de relaciones entre los más diversos objetos cotidianos, creando imágenes a camino entre el jeroglífico y la emblemática barroca, que exhibió en tres exposiciones individuales, apunta la nota de Bellas Artes. A partir de 1994, Chipi Garrido depuró su pintura a favor de los fondos de los cuadros.

Bellas Artes concedió su medalla a título póstumo a Chipi Garrido, con motivo de su patrón San Carlos. También fueron distinguidos anoche el director de la Tate Modern Gallery de Londres, Vicent Todolí, por su trayectoria profesional y sus logros como responsable de proyectos museográficos; el director de la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior del Ministerio de Exteriories, Felipe Garín, por su apoyo a la facultad y su labor de difusión del arte, y el colectivo Reüll, por su decidido respaldo a la difusión plástica en La Marina Alta.